El Menorca conservó ayer su estatus de División de Honor. Lo hizo con un empate tras remontar un 1-3 y con una segunda parte muy buena que hizo olvidar los nervios de la primera. Al equipo se le notó que jugaba con la sensación de tener la permanencia asegurada pero enmendó su error con dos goles en los últimos minutos y un empate que le aseguró la permanencia.
El conjunto catalán no evidenció el tópico de tenerlo todo hecho, sino que en más de una ocasión enseñó los dientes. Como en un pase a Carracedo que chutó y desvió bien Enric. Por los locales, Rubén se adueñó del juego en la medular. Repartía a su antojo e incluso probó suerte en un disparo lejano. La mejor oportunidad mahonesa hasta el momento la firmó Manu, en el minuto 28, con un cabezazo que Aguilar sacó felinamente a córner desde la misma línea de gol. En la acción siguiente, Camps batalló por un rechace y su disparo, incómodo, se fue a la izquierda.
Pero como acostumbra a pasar en el Maonès, el visitante se adelantó. Fue en el 35 cuando Jordi controló de espaldas, sacó un disparo seco que desvió Enric y el rechace lo empujó a gol Gual.
El 0-1 sentó muy bien al Badalona que se asentó en el campo. La soltura le dio frescura en la circulación del esférico y, a su vez, llegó el 0-2. Hábil jugada del lateral Carles por la derecha, pase atrás a Jordi que empuja en el área pequeña. Se quejó tímidamente la hinchada local porque consideró que había fuera de juego en el arranque de la jugada. Corría el minuto 41 y el descanso se antojaba como la mejor terapia de choque posible para intentar levantar el duelo.
Vidal movió ficha. Pareja y Sergi se quedaron en el vestuario y entraron Biel y Juan Carlos. El central menorquín tuvo el 1-2 en un balón franco que le dejó Domi pero remató flojo y al centro. En el 56, Urbina conectó en el primer palo y Aguilar sacó cuando la gente cantaba gol. El Menorca no se asemejaba en nada a la imagen del primer tiempo y era justo que llegara el tanto local. Lo hizo en córner que remató Domi al larguero y el rechace lo empujó Manu Farrando.
Parecía que el Menorca se iba a comer el mundo pero el Badalona sumó el 1-3 nada más sacar de centro en una jugada por la derecha que remató al primer toque Gual. Jarro de agua helada para las aspiraciones locales. Pudo ser peor ya que en el 63, Carles chutó al palo.
Entonces los azulgrana tiraron de orgullo y corazón. Lluís Camps ganó el enésimo balón a los centrales y desde el suelo cruzó demasiado su chut. Se conocía entonces el empate definitivo del Gavà que daba la permanencia a los mahoneses y que celebraba la hinchada menorquina desató el nerviosismo en el estadio.
Vidal y el delegado de campo fueron expulsados por pedir a la grada que confirmaran el resultado. "El delegado no hacía su función y era un desgavell", le justificó el árbitro al final del partido.
En el 84, un balón largo a Camps acabó en derribo de Coll dentro del área. No falló Urbina desde el punto de penalti. Al ritmo del 'Si se puede', en el 88 se desató la alegría cuando Xisco Martínez cazó un rebote a cabezazo de Juan al larguero y logró el punto que asegura la feliz permanencia.