El relevo está servido. Juan Romero (Maó, 1973) confirmó ayer que va a ser el nuevo responsable del CD Menorca, de la División de Honor juvenil, en sustitución de Lluís Vidal. Sobre las espaldas de este joven entrenador recaerá la responsabilidad de mantener a la Isla en el escaparate nacional de la categoría de formación más importante del país una temporada más.
Ese y no otro será el objetivo del que ha sido entrenador del Ferreries juvenil, en Liga Nacional, y el CD Menorca en Regional. La directiva ha hallado una alternativa doméstica idónea y el técnico ha dado con el equipo apropiado en el que confirmar todo lo bueno que ha apuntado desde que pasó del césped al banquillo.
Titulado nacional de nuevo cuño, Romero ofrece, aparentemente, el perfil opuesto al de su antecesor no en cuanto a conocimientos, quizás sí en cuanto a formas. Y eso que Romero ha bebido en las fuentes de Vidal al que tuvo como entrenador durante nueve temporadas en diferentes equipos del propio CD Menorca, y en el Sporting de Tercera División. Pero el entrenador mahonés se ha hecho a sí mismo. Habla con temple, proporciona un mensaje claro sin acritud y es osado en sus pronunciamientos.
El reto más serio que tiene por delante será todo un nuevo examen para su aún corta carrera en los banquillos.
No le habrá costado nada decidirse considerando que entrenar a un División de Honor es un bombón para cualquier técnico que se precie...
Por ilusión habría dicho que sí el primer día que me lo ofrecieron. Pero soy de los que pienso que ante una propuesta importante es preciso meditar sobre el paso que vas a dar, porque no basta solo con la ilusión. Este cargo supone un cambio importante en cuanto a dedicación, entrenar cuatro días a la semana y había que considerarlo.
¿Le sorprendió que fuera usted el elegido por delante del exprofesional, Ramón de Quintana, también en el club?
Sí me sorprendió. Estoy implicado por completo en tratar de quedar campeón con el Regional, por eso cuando me lo propusieron necesité esos cuatro días para decidirme.
¿Han comprendido sus jugadores que se anuncie este cambio cuando aún están compitiendo?
Sí, y no solo no les sentó mal sino que cuando se lo comuniqué en el vestuario me regalaron un aplauso porque vieron que era una oportunidad para mí. Pienso que si el club me ha ofrecido este puesto se lo debo a estos jugadores por el trabajo que han hecho conmigo, y se lo agradecí en el mismo momento.
¿Deja el Regional con una asignatura pendiente que era lograr el título y ascender a Tercera como dijo usted tras ganar la Copa?
No lo creo. Lucharemos hasta el final, ganamos la Copa y en la Liga atravesamos por un momento en el que afrontamos cosas que yo no podía controlar. Si no conseguimos el título no es porque no lo hayamos intentado. Me quito el sombrero con lo que han hecho los jugadores, por eso no creo que quede nada pendiente.
La propuesta económica y deportiva de Ángel Río y la junta le convenció, claro...
Sí, sí, me convenció, pero es que además con el simple hecho de que me den esta oportunidad ya me siento muy bien pagado. Todo se ha de valorar.
¿Repetir lo que ha hecho el equipo juvenil esta temporada le dejaría satisfecho?
Completamente. Firmaría que fuera igual. Vidal ha conseguido salvar al equipo y ese será también mi objetivo. Cualquier cosa que sea dejar a cuatro rivales por abajo será un éxito. Querer aspirar a más lo veo muy complicado. Nuestra meta es que cada año vengan por aquí el Barça, Zaragoza, Espanyol, Damm...
Solo acaban la edad juvenil dos jugadores pero la plantilla cambiará, ¿no?
Sí, siempre pasa lo mismo y se renueva en gran parte porque los hay que se van a estudiar, otros que fichan fuera. Quiero ponerme a trabajar en las altas y bajas cuanto antes. En cuanto a los que se queden yo quiero ser sensato y lo que ha funcionado lo voy a repetir aunque cada maestrillo tenga su librillo. Por ejemplo, la directiva quiere que continúe Tolo Roselló como preparador físico y estoy completamente de acuerdo porque hace un gran trabajo y tiene mucha experiencia.
Su antecesor en el cargo tuvo que lidiar con la presión de padres, aficionados y directivos. Usted también la tendrá, ¿cómo la piensa gestionar?
Es algo inherente al fútbol. Entiendo que haya padres que quieran que sus hijos jueguen siempre y estoy dispuesto a hablar con los directivos sobre equipo y jugadores cuando quieran. Pero al final, el máximo responsable soy yo. Me considero un hombre recto y las decisiones serán mías pensando en lo que necesita el equipo.
Usted tiene fama de ser más permeable, menos intransigente quizás que otro tipo de entrenadores...
No me quiero comparar con nadie. Soy más directo de lo que la gente pueda pensar. Hablo claro y miro a los ojos al futbolista porque es lo que éste quiere. Lo importante es empatizar con el jugador para explicarle qué quieres que haga en el campo. Si esto es mano izquierda pues sí la tengo.
¿Quién será su ayudante?
La directiva me dijo que era mi decisión. Quiero a alguien que esté siempre a mi lado, que pueda viajar y asistir a todos los entrenos porque su función será importante.