Mercadal y Penya Ciutadella mantienen la cuota insular de una Tercera División Balear que arranca en el inmediato fin de semana. Por tercer año consecutivo la representación menorquina se reduce a dos conjuntos, y que en el prólogo de la competición fijan para su respectivo horizonte metas distintas. El Mercadal, si bien su discurso 'oficial' alude a pelear por una permanencia desahogada, intentará mejorar la extraordinaria campaña precedente, en la que merodeó la disputa de la fase de ascenso a Segunda B. El Penya, por su parte, buscará un año más asegurar su plaza en la categoría, en la que cumple su tercer año seguido, pero en función del grupo formado, la permanencia debe ser desahogada.
Desde una óptica más genérica, el torneo augura ingente equilibrio, especialmente en la zona alta, donde 'sobran' equipos para las cuatro plazas de privilegio que dan derecho a disputar el play off. El ascenso del Mallorca B lo 'compensa' el descenso desde la Segunda B del Constancia. Un clásico del circuito balear, el equipo de Inca, que regresa con la vitola de candidato, la misma que compartirá con Llosetense, Montuïri (ambos presentan plantillas muy compactas), Poblense, Formentera, Peña Deportiva y el propio Mercadal, que en el ejercicio anterior se ganó el derecho a ser distinguido entre los favoritos.
En ese sentido, el equipo rojiblanco en el que repite Lluís Vidal al frente, puede sufrir su principal hándicap, al igual que le sucedió doce meses atrás, en la apertura del curso anterior. La ausencia de rivales de cierto nivel en Menorca, la negativa del Penya a concertar amistosos y la imposibilidad de desplazarse de la Isla para buscar 'bolos' de calidad dejan la sensación de una pretemporada 'a medias'. Elevarse al punto idóneo puede reclamar la disputa de los primeros partidos. Resta ver si el peaje en forma de puntos perdidos será similar, por lo sangrante, al de la campaña anterior. El Platges de Calvià (sábado, 17:30 horas, Sant Martí), su primera reválida.