En la temporada 2011-12, el Alaior cayó al pozo de la Regional, un palo deportivo para un club histórico que además llevaba aderezado una dura carga económica, una deuda histórica de 40.000 euros. Ese pérdida de categoría fue el punto de inflexión para la entidad albinegra, que trazó un plan de saneamiento que en esta campaña ha dado sus frutos. El Alaior está a cero, limpio.
En la asamblea ordinaria celebrada el viernes, los dirigentes del club expusieron a la masa social la buena nueva. La deuda está saldada, sólo restan 2.600 euros de dos préstamos que se liquidarán en el mes de septiembre. No seguir en Tercera fue lo mejor que pudo pasar, advierten desde el seno del club. A partir de ahí, la antigua junta directiva se puso a trabajar y negoció la deuda con ex jugadores, hasta lograr una quita del cincuenta por ciento.
El nuevo equipo de trabajo que entró hace dos años en el Alaior –con una deuda, controlada, de 18.000 euros– continuó en la misma línea y los resultados del trabajo conjunto han fructificado. «El club está estable», apunta el portavoz albinegro Quique Moll, «llevamos tres años en Regional Preferente y haciendo un muy buen papel. Era lo que se buscaba». En esta campaña, el Alaior ha obtenido un superávit de 4.000 euros que se destinará al fondo social de la entidad.