- PLATGES DE CALVIÀ 1
- PENYA CIUTADELLA 1
El Penya Ciutadella rompió la racha de cinco derrotas consecutivas a domicilio y lo hizo el día más indicado, ante un rival directo en el camino hacia la salvación, el Platges de Calvià, al que sigue aventajando en seis puntos a falta de cuatro jornadas para el final. El equipo menorquín no varió su planteamiento cuando actúa lejos de Son Marçal y tras sufrir las acometidas de los locales en la primera mitad, se adelantó en el marcador en la reanudación gracias a Eric. A pesar de desplazarse con hasta cuatro jugadores en edad juvenil en la expedición, el equipo ciutadellenc dio la cara y dispuso de varias ocasiones para sentenciar el encuentro pero no estuvo acertado y vio como los locales acabaron encontrando recompensa a su insistencia. Incluso pudieron voltear el marcador en una última acción bien resuelta por David.
Con la lección bien aprendida y la tranquilidad de verse por encima en la clasificación, el Penya salió bien posicionado sobre el terreno de juego, sin arriesgar e invirtiendo todos sus esfuerzos en tareas defensivas. Sin embargo el Platges de Calvià, con más tensión que fútbol, empujó y dispuso de tres oportunidades claras para ponerse en ventaja, incluido un gol fantasma. El equipo naranja volvió a poner de manifiesto sus carencias en ataque, lo que le ha relegado a la tercera plaza por la cola y ser un claro candidato a perder la categoría. El Penya trató de sorprender con alguna salida en velocidad aunque sin rematar a puerta en los primeros cuarenta y cinco minutos. Sí lo hizo en la reanudación, cuando a los ocho minutos Eric aprovechó una dejada atrás para colocar el balón cerca de la escuadra.El partido se puso de cara y obligó a los de Calvià a arriesgar, dejando espacios atrás. Fruto de esos desajustes en la zaga local, primero Llonga, en el minuto 82, y a continuación Sergi, en el 85, dispusieron de acciones inmejorables para rubricar el triunfo pero la suerte les fue esquiva y a dos del 90, Aketza remató en el segundo palo un centro desde la izquierda. Los de casa, espoleados por el tanto, a punto estuvieron de culminar la hazaña pero David abortó un mano a mano con José para conservar un punto de esperanza.