Se cumplen en estos días cincuenta años del título de Tercera División Balear conquistado por la Unión Deportiva Mahón en 1966, el que fue quinto de los seis cetros de rango autonómico que ostenta la entidad de San Carlos, y materializado por el considerado mejor equipo en la historia del fútbol menorquín.
Dirigido por Martín Vences, incorporado en verano de 1965 al club entonces presidido por Bernardo Seguí, en aquel conjunto unionista de leyenda que tiranizó el panorama balear con un fútbol que combinó en su máxima expresión calidad, vistosidad y efectividad –una única derrota en toda la liga con un juego que no ha encontrado parangón posterior en la geografía insular– figuraban nombres todavía recordados en nuestra memoria popular, como los maños Planas y Bustillo (que después alcanzaría la Primera División, y con cuya carrera prácticamente terminó el madridista Pedro de Felipe a raíz de una vil entrada cuando defendía la elástica del Barça), provenientes de la cantera del Zaragoza, Sotoca, Robles, o los locales Acisclo Domínguez, Lorenzo Sánchez, Juan Miguel y Massanet. La Unión se alzó con el título a dos jornadas del final, despidiendo la temporada balear el 17 de abril de 1966 con un apabullante 6-0 al Poblense en un abarrotado San Carlos. Semanas después, aquella Unión de leyenda cayó ante el Jerez Industrial en la primera eliminatoria de ascenso a Segunda (la actual Segunda A; la Segunda B no se implantó hasta 1977).
Tras un esperanzador 2-0 en Maó, el cuadro andaluz, beneficiado de un polémico arbitraje, revirtió el cruce en su feudo (3-0) y liquidó el sueño unionista de progresar hasta la categoría de plata del fútbol español –la Unión repitió intento en 1967 y rozó la hazaña en el 68. Bodas de Oro de la inolvidable conquista de un equipo para la eternidad.