Lionel Messi dijo este viernes que «se hizo costumbre mentir» sobre él en Argentina y que le critican tanto si va como si no va a la Albiceleste, después de la polémica que generó que en la última fecha de selecciones jugara el primer partido pero quedase descartado por lesión para el segundo.
«Se hizo normal, como una costumbre mentir, pegarme, decir cosas sobre mí, darme siempre que voy a la selección, darme cuando no estoy, continuamente. Y la verdad es que me da un poco de bronca», afirmó Messi en declaraciones a la radio argentina Club Octubre.
En una extensa entrevista que duró más de una hora, Messi también fue consultado por quiénes considera los mejores jugadores del mundo. «Ney, Mbappé, Hazard, Suárez, el Kun... creo que hoy por hoy cualquiera de ellos tranquilamente puede ser el mejor del mundo», declaró.
Entre risas, los conductores del programa de radio le señalaron que se olvidó de Cristiano Ronaldo, a lo que Messi respondió en tono jocoso: «Lo saqué a Cristiano, lo metí conmigo».
Respecto al futbolista portugués, el argentino confesó que, aunque le tocó «sufrirlo y ver que levantaba copas», sería «lindo» que todavía estuviese en la liga española por el «prestigio» que daba a la competición.
El cinco veces Balón de Oro lamentó que «la gente cree lo que se dice» y por eso decidió hablar tras una semana complicada, en la que regresó a la selección nueve meses después de su última aparición. Su esperado regreso culminó con una derrota por 3-1 ante Venezuela en un amistoso en Madrid en el que fue titular y jugó los 90 minutos, tras el cual se marchó de la concentración por problemas con la pubalgia que arrastra.
En Argentina, los medios criticaron la dureza de la derrota ante la Vinotinto, así como que se ausentara del segundo encuentro, y cuestionaron el alcance de la lesión y el compromiso del de Rosario con la selección albiceleste.
«Yo vengo con una pubalgia desde antes del parón de diciembre, vengo entrenando poco», explicó Messi, quien reveló que los días de descanso le vinieron «bárbaro» para afrontar «lo que viene ahora» con su equipo, la fase decisiva de una temporada en la que aspira a Liga, Copa del Rey y Liga de Campeones.
El futbolista del Barcelona aseguró que «no había nada arreglado de antemano» con el seleccionador, Lionel Scaloni, para descansar el segundo partido contra Marruecos, que él quería jugar «los dos». «Me encuentro cada vez mejor pero todavía no la limpié del todo (la pubalgia), también tengo que prevenir cosas», aseveró.
Asimismo, fue la primera vez que el delantero habló del Mundial de Rusia 2018, en el que el combinado argentino cayó en octavos de final ante la campeona Francia. «Costó volver a hablar porque fue un golpe muy duro, de los peores que me tocó vivir en la selección, se dio todo mal desde el principio», destacó.
Messi recordó que tras la derrota en el segundo partido contra Croacia se juntaron todos «como hacen los grandes grupos» porque si no se despedían del Mundial: «Iba a ser uno de los mayores fracasos de la historia de la selección». Tras la eliminación contra los galos, solo pensó en encerrarse y «hacer el duelo solo» junto a su familia.
Defendió a su generación, cuestionada en el país austral al no haber ganado ningún título, y consideró que fue «maltratada» como ninguna otra generación anterior en Argentina.
«Llegamos a una final del mundo, llegamos a dos finales de Copa América y siempre tuvimos quilombo (lío) con el periodismo», opinó.
«La gente compra todo lo que le dicen y después yo soy el hijo de puta, mi viejo maneja toda la AFA, hacen todo lo que nosotros queremos y son todo mentiras», añadió.
Además, dijo que si él tuviese tanta injerencia en la selección, Sergio 'Kun' Agüero, uno de sus mejores amigos en la Albiceleste, no hubiese sido suplente en muchos de los partidos.
Reveló que su hijo Thiago, de seis años, le preguntó: «Papi, ¿por qué vas a la selección, por qué no te quieren ahí?». A lo que el astro argentino le respondió que «solo son algunos» y que «la gente» lo quiere.