La derrota sufrida ante el Felanitx (0-1) fue el detonante que llevó a la directiva presidida por Toni Vila a destituir al técnico Pere Vadell, y dos días después confirmar el regreso a Sant Martí del preparador mahonés Lluís Vidal. El entrenador mercadelenc cesado se marchó como todo un caballero renunciando a su emolumentos pactados hasta final de temporada dejando al equipo con 29 puntos a un punto de la salvación, pero los malos resultados en casa con solo dos triunfos resultó determinante para tomar esta complicada decisión.
Aterrizó Lluís Vidal tomando el mando de inmediato pero tuvo que aplazar su debut debido a la huelga de árbitros, y de esta manera el estreno del técnico mahonés fue ante el Inter de Ibiza donde el equipo solo fue capaz de empatar (3-3), tras realizar un mal partido en defensa.
En la siguiente jornada tablas en Inca (0-0), y en la siguiente fecha una derrota muy dolorosa ante el Portmany (0-1), dejando una mala imagen y tardando más de media hora Vidal a la posterior rueda de prensa tras un larga charla con la plantilla en el interior del vestuario.
A partir de aquí llegó el punto de inflexión, era ganar en el duelo aplazado en Muro por el brote de covid, o empezar a comprar el billete hacia Regional.
No falló el Mercadal (0-4), y a partir de este momento se empezó a cimentar la reacción hacia una salvación que aún se veía bastante lejana.
No solo mejoraron los resultados sino también la puesta en escena sobre el ‘verde' con buenos minutos de fútbol a pesar de la presión que había en el plantel. El equipo se hizo fuerte en casa su verdadero talón de Aquiles en la era Vadell, y un triunfo sonado ante a domicilio en Santanyí resultó ser el empujón definitivo hacia la salvación.