Un joven ferrerienc de apenas 21 años recién cumplidos ha conseguido volver a ubicar a Menorca en el panorama futbolístico nacional e internacional. A punto de entrar ya en su cuarto año de INEF en Lleida, Joan Goñalons se ha convertido en el artífice de un proyecto innovador en la isla.
Todo surge a través de sus experiencias en la provincia catalana entrenando a equipos de fútbol base de diferentes clubes de la zona, como el Atlètic Segre o el Lleida Esportiu. Fue mediante estas entidades que llegó hasta los responsables de la empresa Fut d'Or Sports: su coordinador general, Xavi Melero, y su director técnico, Vicente Sabariego, los cuales organizan campus de tecnificación y crean equipos para participar en torneos.
«Como entrenador, querían que crease un equipo de la zona de Lleida y lo llevase a algún torneo», comenta el protagonista. En cambio, Joan decidió presentarles un proyecto de un equipo formado por chavales de la isla, ya que piensa que hay «mucho potencial», pero «faltan oportunidades».
Organización express
Una vez aceptado, Joan se puso manos a la obra y comenzó a ojear a todos los futbolistas en edad alevín e infantil de segundo año para empezar a confeccionar lo que acabaría siendo la selección menorquina que participaría en el torneo internacional Spain ESEI Cup celebrado entre el 24 y 26 de junio en Mijas, la Costa del Sol.
Con la ayuda de su padre, Fredo Goñalons, se puso en contacto con las familias de aquellos niños con los que quería contar. «Si les parecía bien la propuesta, genial. Sino, pasaba a otro nombre de la lista. Sin ningún problema», explica.
Concertó una reunión general con las mismas y en tan solo dos semanas consiguió cerrar los equipos. Joan se encargaría del alevín junto a su amigo Pere Pons, con pasado en el Juvenil División de Honor de Es Castell y CE Sabadell, mientras que su padre dirigiría al infantil acompañado de Suso Marañón.
Para la categoría cadete, decidieron incluir a dos chicos menorquines en el equipo que mandaban desde Lleida.
Dos semanas antes de partir hacia tierras malagueñas, iniciaron los entrenamientos en el campo de Los Pinos, cedido para la ocasión por el CE Alaior y el Ayuntamiento. Además, también aprovecharon el último sábado para trabajar en la playa de Son Bou.
Joan considera que el primer objetivo ya se había cumplido antes incluso de coger el avión: «Todos eran una piña. Había muy bien ambiente entre todos, incluso entre los padres», subraya.
Competir contra los mejores
Ya en Mijas coincidieron junto al resto de equipos participantes, que en total sumaban más de 1.500 jugadores.
El conjunto alevín quedó emparejado en el mismo grupo queel Cádiz, al cual lograron derrotar por un convincente 4-1. «Habían doblado el nivel respecto a los entrenamientos. No ganaron porque fuesen mejores, sino porque disfrutaron dando el máximo de sí mismos», destaca Joan. Practicando un fútbol atractivo, llegaron hasta semifinales tras vencer 1-0 al Porto luso.
Por parte de los infantiles, en la fase de grupos empataron 2-2 frente al todopoderoso RB Leipzig alemán. Al igual que los alevines, se hicieron con un puesto en las semis tras dejar por el camino a equipos punteros a nivel nacional como el DUX Logroño o la Top Academy Pro de Valencia.
A las puertas de la ansiada final, volvían a verse las caras con el RB Leipzig. En esta ocasión, nada pudieron hacer los menorquines ante un con junto germano que volaba sobre el verde.
Así pues, mientras que los alevines tuvieron que volver a ganar al Cádiz para hacerse con el tercer puesto, el encuentro de los infantiles se suspendió por la no presentación del equipo contrario.
El balance final fue de dos terceros puestos, resultado también obtenido por el cadete leridano en la fase de plata.
De cara a esta temporada 2022/23, Joan tiene muy claras sus metas: «Nos gustaría disputar dos torneos y pasar a contar con cinco equipos, uno por categoría. Así también aumentaríamos la cartera de entrenadores menorquines», detalla.
En la península se quedaron impresionados con el nivel de Fut d'Or Menorca. Y es que tanto Joan como sus compañeros quieren volver a oír en las gradas aquello de «ostras, qué buenos son los de Menorca».