Pep Sansó Nicolau (Palma, 1965) vivirá este viernes la Gran Gala de Fútbol Balear como presidente de la FFIB después de que este verano tomara el relevo y sustituyera a Miquel Bestard. Tras una etapa en Las Rozas, ahora centra toda su atención en el balompié balear.
¿Qué supone para usted esta Gala 2022?
—Es la primera Gala que presidiré y es un honor para mí como lo es presidir una Federació de la importancia de la de fútbol con todo lo que ello representa.
Entregará la bota de oro a Miquel Bestard. ¿Qué supone este momento para el fútbol balear?
—Siempre había sido un galardón para deportistas en activo pero nunca habíamos premiado una trayectoria y la de Miquel Bestard en el Bunyola como entrenador y jugador y todos sus años como seleccionador, presidente del Comité de técnicos y sus 19 al frente de la FFIB, hablamos de una persona que sin duda se merece este máximo reconocimiento.
La Gran Gala premia trayectorias intachables en el apartado de ‘Gent del fútbol'.
—Tenemos que tener claro que es nuestro fútbol, historia y orígenes y tenemos mucha gente que ha sido parte activo del fútbol balear. Esta gente que por su edad no está en el día a día, hay que recordarles porque nos marcaron el camino para llegar donde estamos ahora.
Las distinciones premian trayectorias actuales y muy brillantes. ¿Cómo calificaría el momento de nuestro fútbol?
—Posiblemente es el mejor momento en la historia de nuestro fútbol destacando sobremanera islas como Eivissa o el gran presente del fútbol sala o la progresión del fútbol femenino. El trabajo de los últimos años es muy destacable y además, si has estado fuera de nuestra comunicad como ha sido mi caso, te das cuenta del nivel que tenemos.
¿Mantiene esta Gala el espíritu de sus antecesoras?
—Tenemos lo que es la transversalidad del fútbol, lo que es el fútbol sala, masculino, femenino y en las cuatro islas. Esa idea de cuatro islas unidas a través del fútbol es fundamental y se ve reflejada en días como el viernes. Vemos la fuerza que tiene Eivissa, Formentera, Menorca y Mallorca a nivel futbolístico y es de agradecer que vayamos de la mano de un medio como el Grup Serra por su apuesta decidida por el deporte y el fútbol siempre es destacable.
Desde que tomó el mando de la Federación este pasado verano ¿qué valoración hace de sus primeros meses al frente del organismo futbolístico?
—Pare ser presidente de una Federación no basta tener conocimientos, también hay que aprender a ser presidente y estamos en un momento en el que hay que atender a nuestros clubes que son los que de verdad organizan los 750 partidos cada fin de semana y son poseedores de estas 30.000 licencias que nos hacen muy fuertes. Ellos vertebral todo el fútbol balear. A partir de ahí hay que escuchar su voz y saber qué inquietudes tienen. Siempre hay que estar a su disposición y escucharles.
¿Ha dejado huella la pandemia en el fútbol o se ha superado?
—No podemos olvidar que nos ha dejado mucha gente. Eso es imposible de olvidar. Por otra parte, los clubes de fútbol han sido un modelo de saberse adaptar a las circunstancias y luchar por nuestro deporte.
Ha formado un equipo con hombres como Spadaro, Tirado, Horrach, Pocoví... entre otros. ¿Está satisfecho de la alineación que ha confeccionado?
—Nuestro deporte es de equipo y no se entendería que no fuera así. En la Federació hay un grupo entregado y de gente preparada y he reforzado todas esas áreas con personas que nos pueden ayudar. Tenemos un equipo sólido y fuerte.
¿Cuál su gran proyecto de aquí a las elecciones?
—Si quieres mejorar hay que encontrar tiempo para todo, además del día a día. Hay proyectos estrella como el fútbol femenino y que el máximo número de niñas se incorporen a este deporte o crear una comisión de competición que ha de estudiar que es lo ideal para este deporte, aprobarlo en un congreso y llevarlo a la Asamblea. También debemos dar un gran impulso a la Fundació.
¿Qué último mensaje lanza a la gente del fútbol?
—Que entiendan que esto es un juego y que al final hay que darse la mano. Todos tenemos que ir juntos y hay que vivirlo con pasión, pero erradicando por completo la violencia de los campos.