El reencuentro de España y Suecia tras el empate sin goles en la Eurocopa 2020, deja un duelo de trascendencia en Solna entre dos selecciones que se juegan el liderato de grupo que da acceso directo al Mundial 2022, en el regreso de la selección de Luis Enrique en un fecha temida.
En terreno hostil, Suecia, donde nunca ganó la selección española. En una fecha, la de septiembre, que temen los seleccionadores. Con sus futbolistas recién llegados de vacaciones, sin el ritmo de competición adecuado, partidos que interrumpen el inicio de temporada en sus clubes y nada más acabar el mercado de fichajes.
Del terremoto de sensaciones iniciales por la impotencia sufrida en Sevilla en el estreno sin puntería ante Suecia, con 17 ocasiones desperdiciadas, pasó a la decepción del empate ante Polonia y una reacción posterior que volvió a relanzar la ilusión. España sólo cayó ante la selección que se proclamó campeona, Italia, desde la tanda de penaltis final y en su mejor partido del torneo.
Ya es pasado, historia, pero con esa dinámica encara un regreso trascendental. La vuelta a escena le planta en un encuentro decisivo por su tropiezo en el inicio del camino a Catar 2022. El empate cedido ante Grecia en Granada (1-1), exige cualquier resultado alejado de la derrota para conseguir mantener el liderato que luce España con 7 puntos pero un partido más que los suecos.
A Luis Enrique le falta un futbolista clave como Pedri y también concedió descanso tras participar en los Juegosa Pau Torres, Dani Olmo y Oyarzabal, lo que le obliga a introducir novedades en su equipo tipo, con Eric Garcia como principal candidato, por delante de jugadores que regresan como Albiol o Íñigo Martínez, para ser pareja de Laporte en el centro de la zaga; Carlos Soler, Gerard Moreno y Pablo Sarabia pugnando por la plaza en el tridente ofensivo que deja libre Dani Olmo.
Desde la pasada Eurocopa, Suecia ha perdido por retirada a varios veteranos como el mediocentro Sebastian Larsson y el delantero Marcus Berg, ambos titulares habituales, pero las ausencias no parecen que vayan a provocar un cambio de estilo o de táctica.