Esta noche hay que ganar en Girona. Lo sabe el entrenador, los jugadores, la afición, la directiva... todos asumen que el triunfo del ViveMenorca en la cancha del modesto conjunto catalán es una cuestión de obligado cumplimiento tanto por una necesidad clasificatoria como para descartar las incipientes dudas que han brotado tras perder los últimos tres partidos, dos de ellos de Liga y el pasado domingo, la final de la Copa en la pista del Melilla.
Puede decirse, por tanto, que existe una presión añadida que debe saber administrar el vestuario mahonés para tramitar la densa semana que le aguarda en la que va a disputar tres partidos: hoy en Girona, el miércoles en Maó ante el CAI y el próximo domingo en Tarragona. Paco Olmos admitió ayer que si existe "más responsabilidad, más exigencia y por tanto debe haber más tensión y más concentración porque el esfuerzo y la intensidad ya los tenemos. Esta es una semana definitiva y nuestro margen de error ya es mucho menor pero tenemos más deseo de volver a ganar porque este equipo está hecho para eso".
El entrenador del ViveMenorca recurrió al tópico para afirmar que "después de la Copa, que ya es historia, el partido más importante de la temporada es el de Girona y es un momento de exigencia y responsabilidad máximas tanto individual como colectiva". Sólo cree Olmos que las últimas derrotas admiten que se hable de bache, "pero en cuanto a resultados no por el juego; es necesario corregir detalles pero tengo plena confianza en el grupo y en que nos vamos a levantar en Girona. Necesitamos dar un paso adelante".
Un problema evidente es la resolución de los finales ajustados y ahí Olmos sí reconoce que "dentro de la colectividad hay jugadores con un rol importante que deben asumir esa situación". Sin embargo matizó que "en muchos finales de partido los rivales nos están haciendo zona por eso nuestros ataques últimos se han de desarrollar desde la colectividad y no de tomar soluciones individuales. Hemos de mejorar nuestro nivel defensivo en estos últimos segundos".