Sin tiempo para saborear la histórica clasificación que logró el equipo el miércoles en Burgos para disputar la final de la Superliga femenina llegó ayer el Valeriano Allés Menorca a Tenerife para disputar mañana el primer partido de la serie frente al Jamper Aguere.
La plantilla, que todavía no es consciente de la machada que ha conseguido -remontar un dos a cero con el factor pista en contra-, lo celebró por todo lo alto nada más terminar el partido y posteriormente cenaron junto a los directivos y aficionados desplazados hasta la capital castellana. "El final de partido fue apoteósico", reconoce el director deportivo, Bep Llorens, cuando echa la vista atrás. "Cuando acabó el partido no nos lo creíamos, estábamos desbordados de euforia", señala, mientras poco a poco va tomando conciencia de lo que les espera ahora. "Tenemos la oportunidad de ganar un título que son palabras mayores", destaca, aunque sabe de la dificultad que entraña el conjunto tinerfeño y el cansancio al que deberán sobreponerse a pasos agigantados para encarar el primer partido con garantías. "Estamos muy cansados pero tenemos tiempo de recuperarnos de aquí al sábado. Lo que hay que hacer es cambiar el chip y saber que jugamos una final", apunta.
El equipo, que se ejercitará esta mañana y por la tarde realizará sesión de vídeo, recibió también la felicitación de la presidenta, Cati Moll, orgullosa de la clasificación y de las numerosas muestras de apoyo que recibió a lo largo del día de ayer. "Estamos muy satisfechos, todo el mundo te da la enhorabuena por la calle y esto nos llena muchísimo", destaca, y es que no hay que perder perspectiva de lo logrado. "Fue un hito muy importante y sobre todo perdiendo dos a cero y con la afición en contra pero las jugadoras se sobrepusieron muy bien a la presión", asegura.
La presidenta, que viajará mañana mismo para presenciar los dos primeros partidos de la eliminatoria in situ, sabe que lograr el título es difícil pero llegados a este punto hay que luchar y por qué no, soñar con ganar. "Sabemos que Aguere es un equipo muy fuerte pero no quiere decir que no le podamos plantar cara. El equipo está muy motivado, antes de jugar con el Burgos ya dábamos la tercera plaza por buena, porque mejorábamos la clasificación del año pasado, que fuimos cuartas, pero ahora, en la final, aunque sea un regalo, hay que intentar ganar", concluye.