Juan Villalonga, más conocido como Llonga, ha sido invitado por el At. Ciutadella a dejar la disciplina del equipo a falta de tres jornadas para acabar la temporada. "Yo no he dejado el Atlètic, me han echado a falta de tres jornadas porque en el último desplazamiento a Inca me negué a viajar", indica el jugador a este diario. Llonga quiere explicar a la afición que "íbamos a ser sólo ocho jugadores aunque el entrenador nos dijo que estuviéramos tranquilos, ya que empezaríamos el partido pero a los pocos minutos un compañero debía fingir una lesión, quedarnos con siete y así suspender el encuentro".
Añade Llonga que "yo me negué a hacer este esperpento y le dije que no viajaría. El viernes Xavi Ogazón, director técnico, dijo que me pusiese tranquilo ya que vendrían tres juveniles, y seríamos once para jugar". Horas mas tarde "acudí al entreno y le expliqué al mister que no iría, y a la vez el delegado del equipo me reconoció que no se desplazaría ningún juvenil y sólo seríamos ocho. Entonces mi decisión fue firme y le dije que no iba a viajar para hacer el ridículo".
Llonga también comenta que "fue una tontería ir a Palma con ocho jugadores, cuando además en el Aeropuerto de Menorca ya había problemas con el tema del famoso volcán. El Mercadal no lo hizo. Les costó muy caro volver y el dinero que faltaba lo tuvieron que poner mis compañeros. El autobús no cobró y lo peor de todo es que los jugadores tuvieron que pagarse la comida y lo que faltaba para los billetes que aún no se lo han devuelto.
Llonga añade que "el lunes por la tarde acudí al campo para entrenar y cuando ya me había cambiado Ogazón me llamó y me dijo que el míster no contaba más conmigo, que no volviera, y aún tuvo la cara de decirme que así podría dedicarme a jugar más al ping-pong (el otro deporte que practico). Marc Serrano no quiso hablar conmigo y me emplazó a las 22.30 al final del entreno, pero yo me marché".
Concluye Llonga que "me siento muy decepcionado porque después de lo que hemos pasado este año, apoyando al club, compañeros, con un gran compañerismo en el vestuario, acabar así, a falta de tres partidos no es lógico. Toda la culpa de lo que ha pasado es de la junta directiva por su mala gestión.