El Sevilla se llevó el título de campeón del Ciutat de Maó gracias a su mayor acierto desde la tanda de penaltis después de que la gran final que enfrentaba al club hispalense y al Real Madrid se saldara con empate a uno en el marcador en un partido en el que el equipo blanco fue mejor pero su falta de tranquilidad a la hora de definir impidió que se llevaran la victoria.
El partido arrancó eléctrico aunque los dos equipos se respetaron mutuamente, lo que propició que el marcador no se moviera en los primeros 40 minutos. El equipo de la capital exhibió un gran juego por la banda izquierda mientras que el Sevilla mostraba una gran solidez defensiva.
Duro gol del Sevilla
Antes del descanso llegó el primer gol del partido, obra de Garrido tras rematar una falta. Jarro de agua fría para el Madrid que se fue al vestuario por debajo.
Tras la reanudación el equipo blanco jugó con más corazón que cabeza lo que provocó que malograra un número considerable de ocasiones hasta que a falta de siete minutos, Díaz, también de cabeza, colocó el empate en el marcador y forzó que el partido se decidiera desde el punto de penalti.
Los dos equipos mostraron su eficacia al marcar, del tirón, los siete primeros penaltis pero al octavo, Belima, para los blancos, falló su oportunidad. A Garrido no le tembló el pulso y se llevó el título hacia Sevilla.