David Mateo demostró ayer que la condición humana no conoce límites. El ciclista catalán completó la vuelta a Menorca por el camí de cavalls en 9 horas, 47 minutos y 32 segundos, un tiempo inalcanzable para el común de los mortales.
Mateo se erigió en el primer mejor 'Cavall de Ferro' en una competición con participación más reducida de lo previsto, que brindó unas estampas preciosas tanto a los ciclistas como al gran número de personas que siguieron el evento animando sin parar a un total de 42 deportistas que desafiaron a sus propios cuerpos entre la carrera completa de 185 kilómetros y la versión reducida de 90 kilómetros por la costa sur. Allí hubo un final muy ajustado entre el mallorquín Bartomeu Massanet y el menorquín Diego Escudero, con victoria para el primero en el sprint final, mientras que otro local, Carlos Gener, fue tercero. Otro isleño destacado fue Alfredo Portella, que acabó cuarto en la primera categoría, seguido de su hermano, Octavio.
La exigente jornada empezó con un marco inmejorable. Sobre las 5.30 de la mañana los 40 valientes que se inscribieron en la Cavalls de Ferro Non Stop empezaron a pedalear con el sol empezando a bañar las tranquilas aguas que reposaban al rededor del castillo de Sant Nicolau.
Pronto la organización se vio sorprendida por el salvaje ritmo impuesto por la cabeza de la carrera en la que había un grupo de ciclistas de élite entre los que se encontraban los hermanos Portella.
"Han ido tan rápido que se han adelantado a nuestras predicciones y, por ejemplo, en el punto de control de Binissafúller han pasado cuando todavía no lo teníamos ni montado y hemos tenido que coger el crono manualmente", explicó Guiem Bosch, de la organización.
A las 11 estaba prevista la salida de la M-Sur en Es Castell pero resulta que los ciclistas de la prueba principal ya había pasado algo que alucinó incluso a los estaban a punto de empezar. Sobre las 14 horas, Mateo llegó al castillo, después de 9 horas, 47 minutos y 32 segundos pedaleando. A él le siguió el profesional Israel Núñez, con 9h. 55'25'', Libert Mill, sobrepasando las 10 horas y cuarto un ilusionado Alfredo Portella que no se creía lo que estaba viviendo.
En la carrera por la costa sur, el mahonés Diego Escudero tomó pronto el liderato junto al compañero con el que se apuntó en la modalidad de equipos, el ciutadellenc Carles Gener. Con una salida explosiva, mahonés y ciutadellenc se postularon como principales favoritos a los que se unió el mallorquín Tomeu Massanet. Los tres marcharon en cabeza hasta la llegada a Calan Bosch, cuando Gener pidió a Escudero que atacase aunque Massanet aguantó e incluso tomó la iniciativa.
Ninguno de los dos escapados conocía bien el tramo de Cap d'Artrutx por lo que intentaron no perderse hasta que llegaron a la recta hacia el castillo donde hubo un sprint magnifico en el que se impuso por la mínima Massanet con un tiempo de 4 horas, 51 minutos y 56 segundos, con un segundo de diferencia respecto a Escudero. Gener entró en meta tras 5 horas 5 minutos y 21 segundos.
Posteriormente los demás ciclistas fueron llegando al castillo, algunos de la carrera entera y otros de la costa sur. Entre ellos las dos únicas chicas apuntadas al evento, Sílvia Pinedo, que recorrió los 185 kilómetros en 15 horas, 2 minuto y 2 segundos, acabando en 19ª posición, y María del Mar Franco que cubrió los 90 kilómetros de la costa sur en 7 horas 14 minutos y 8 segundos, acabando sexta.
Por sus caras, no hubo vencedores ni vencidos, sino que reinó la satisfacción y el orgullo propio de cubrir la prueba más exigente que han disputado cada uno de ellos. Una victoria personal y un agradecimiento unánime hacia la organización en general y a Moll en concreto. "El año pasado nos trajo el Open de España de BTT y ahora esto, espero que sea el primero de muchos años". El trazado ya está a punto.
"Me apunté el miércoles"
Otro menorquín enormemente satisfecho fue el mahonés Diego Escudero. "El miércoles me apunté, no sabía si hacerlo", explicó, para terminar ayer segundo. Escudero desveló que "ni Massanet ni yo sabíamos donde estaba la meta, íbamos un poco despistados y en tramos donde nos perdíamos le he dicho: 'jo és que som de s'altra banda de s'illa' en cachondeo".
El mahonés disputó la prueba por equipos junto a Carles Gener: "Yo me encargaba de guiar en la ruta hasta Binigaus mientras que él tenía que hacerlo hasta el castillo pero desde el primer momento el mallorquín ha venido con nosotros". "No he podido atacar porque significaba dejar atrás a mi compañero y no ha sido hasta Calan Bosch cuando me ha dado vía libre", dijo el ciclista.
Escudero también quiere felicitar a toda la organización de la Non Stop Cavalls de Ferro pero lamenta que "el problema con el transporte aéreo hace que sea muy caro venir a competir, es una pena porque vendría más gente o incluso los menorquines saldríamos a competir pero lo estuve mirando y me sale igual de precio que ir una semana con todo incluido a un hotel en Punta Cana".
"Satisfacción indescriptible"
"Nunca había hecho una prueba de este tipo y el tiempo que hemos empleado ha sido espectacular, estoy muy satisfecho", dijo Alfredo Portella, al poco de bajarse de la bicicleta y cuando el orgullo ahogaba cualquier tipo de dolor.
"Cuando llevábamos una hora de carrera he visto que las sensaciones eran buenas, que por delante solo tenía corredores de élite y que aguantaba bien su ritmo", dijo Portella, que acabó por delante de su hermano.
"He disfrutado con el trazado norte porque es un rompepiernas aunque ya de por sí la prueba es muy exigente", dijo el corredor que reconoce no haber preparado esta carrera especialmente durante mucho tiempo.
El experimentado ciclista admite que "la satisfacción personal es genial e indescriptible", da la "enhorabuena a la organización y a Ruth Moll" aunque lamenta que "me hubiera gustado más participación de gente de aquí porque hay mucha afición pero la gente se cree que no está preparada".
Portella destacó que "la seguridad y ver a tantas personas de Protección Civil da mucha confianza".