Señoras y señores, dieciséis años después, el CD Menorca es campeón de la Copa Regional y frena el reinado del Ferreries que pierde su primera final tras las nueve anteriores ganadas. Los mahoneses vencieron la tanda de penalties (5-4) tras noventa minutos sin goles, en un choque corto de fútbol pero lleno de emoción y nervios, como mandan los cánones. Menorca y Ferreries -ayer íntegramente de blanco- se citaron en un Municipal de Los Pinos que presentó un muy buen aspecto. El conjunto blaugrana empezó muy enérgico, muy incisivo. Torres remató en una chilena a los cuarenta segundos de juego y Haro, a los tres minutos, envió su disparo a la izquierda de Josep tras aprovechar un despiste.
El Ferreries, quizá intuyendo que el partido no se solucionaría tan a corto plazo, parecía más a la expectativa. Eso, o quizá se mostró sorprendido ante el ímpetu mahonés. Lo cierto es que cuando los azulgrana intentaban combinar en ataque, daban cierta sensación de peligro.
A pesar de ello, a partir del minuto 20 de la primera parte el Ferre apretó clavijas. Sin llegar con claridad a la meta de Mito, cierto, pero aumentó la presión. De hecho, se iniciaron unos minutos en los que se protestaba cualquier cosa, aunque de cara a portería, solamente Guel Bosch puso en algún apuro al cancerbero mahonés, llegándose al descanso con el Menorca de nuevo remontando sensaciones -botó ocho corners- y con Martínez intentando aprovechar un buen pase de gol que fue anulado por fuera de juego.
Tras el descanso, la intuición era que el paso de los minutos iría pasando factura, con las semifinales del pasado jueves todavía en las piernas. La lucha volvió a ser la del principio del primer tiempo y el Menorca no perdía la cara, aunque se tiró algo atrás. Empezó avisando el Ferre, con una falta picada por Juanlu. De todas formas, uno de los jugadores más talentosos del Menorca, el delantero Martínez, de vez en cuando sembraba la inquietud por su banda.
Pero el dominio global empezó a ser blanco paulatinamente. Su físico era superior, y el Menorca empezó a adoptar el rol de jugar a la contra. En una de ésas llegó una acción que acabó con gol anulado a los de Maó. Torres cabeceó de espaldas y el balón entró, pero era fuera de juego y nadie lo protestó, en el minuto 60.
Globalmente, el fútbol era escaso. La lucha y la emoción iban en aumento conforme pasaban los minutos, y el gol no llegaba. La insistencia era del Ferre, pero las ocasiones más peligrosas eran del Menorca, en córners, en faltas.
A falta de un cuarto de hora para llegar a los noventa minutos, los asistentes a la final empezaban a hacerse la idea de que llegarían los penalties. Juanlu -prácticamente inédito en ataque- intentó con un cabezazo que no fuera así, pero el balón se marchó fuera. También su compañero Rodríguez tuvo una buena ocasión en el 89.
El 0-0 envió la resolución de la final al punto de penalty. Fue espectacular ver a un montón de gente dirigirse a la portería escogida. Óscar tiró el primero para el Ferre y marcó. Medina también, para el Menorca. Fabri (Ferre), el 2-1; Pons (Menorca), el 2-2; Guel Bosch (Ferre), 3-2; Pedro (Menorca), 3-3; Helenio (Ferre), la envió fuera; Calero (Menorca), 3-4; Sampa (Ferre) 4-4 y Cabiró (Menorca) 4-5, contagió el júbilo entre sus compañeros, entre su afición. El Menorca volvía a ser campeón tras la friolera de dieciséis años. Se dice pronto. El equipo fue una piña mientras el Ferreries, digno finalista, perdía su primera final tras nueve disputadas y nueve ganadas. Pero la fiesta se iba a Maó, al Puerto, porque los "Romero Boys" se la han ganado. ¿Será este el año del Menorca?