El holandés Bauke Mollema (Belkin) ganó al esprint la decimoséptima etapa de la Vuelta, disputada entre Calahorra y Burgos, de 189 kilómetros, una jornada de transición hacia las montañas del norte, en la que el italiano Vincenzo Nibali (Astana) conservó el maillot rojo de líder.
Mollema fue el más listo cuando el pelotón se disponía a lanzar el esprint con un ataque que le permitió abrir unos metros, suficientes para inaugurar su palmarés en la Vuelta. El ciclista del Belkin marcó un tiempo de 4h.44.28, el mismo que el noruego Edvald Boasson Hagen (Sky) y el argentino Maximiliano Richeze (Lampre-Merida).
El pelotón llegó cortado por los abanicos provocados por el equipo Saxo a 30 kilómetros de meta. Las maniobras no afectaron a los favoritos, que llegaron juntos y conservaron sus respectivas plazas en la general, pero sí a otros del "top ten", como el italiano Pozzovivo y el francés Pinot, que se dejaron 1.31 minutos.
La jornada estuvo animada desde el principio por la escapada que formaron el español Francisco Javier Aramendía (Caja Rural) y el australiano Adam Hansen (Lotto), que fueron alcanzados a 21 kilómetros de meta.
Más tarde se esperaba con interés la subida al Cerro de San Miguel, próximo a Burgos, donde hubo estrecho marcaje entre el Astana del líder y el Katusha de Joaquim 'Purito' Rodríguez, pero los favoritos no pasaron apuros.
Los velocistas no faltaron a la cita, pero los principales fueron sorprendidos por un escalador, el holandés Bauke Mollema, quien quemó la traca a 400 metros de meta. Abrió un pequeño hueco, aguantó el impulso del pelotón y entró en meta por escaso margen.
En la general, sin cambios. Nibali aventaja en 28 segundos al estadounidense Chris Horner (Radioshack) y en 1.14 al español Alejandro Valverde (Movistar).