La Isla mantiene su fidelidad con la que se ha convertido en una de sus citas más emblemáticas, ya sea desde una óptica deportiva o social. Con un más de un decenio de disputa casi ininterrumpida, la Copa del Rey Panerai retorna al majestuoso puerto de Maó para reclamar un protagonismo absoluto que prolongará entre hoy y el inminente sábado, 30 de agosto.
Alrededor de medio centenar de embarcaciones distribuidas en cuatro clases gobernarán el incomparable marco que se distingue es el campo de regatas mahonés para la disputa de un evento que sobresale como la octava etapa de las once del circuito Panerai, de rango mundial y el de mayor prestigio en lo que atañe a la vela clásica.
Durante la mañana de ayer, el mayor puerto natural del Mediterráneo contempló el amarre de las primeras unidades de la flota, entre las que se agruparán 'velas' centenarias como los 'big boats' Mariette, armado en 1915 y con una eslora de 32 metros, el Mariquita (1911; 33 metros) o el Moombeam (1914; 35 metros). La embarcación de mayor eslora, con 55 metros, será el Elena of London, construido en la factoría Naval Marín un lustro atrás, en lo que resulta una fabulosa recreación de un barco de leyenda, vencedor de la Transatlantic Race de 1928.
El Kelpie of Falmouth, de 24 metros y fabricado en 1928, los italianos Géminis (1984), Stella Polare (1965) o Sagitario (1972), o la española Mercury, diseñada por Sam Crocker en 1938 y armada por Jordi Cabau, son otras de las exclusivas naves que deleitarán en aguas menorquinas con su imponente línea.