Precursoras y apasionadas. Son los términos que más y mejor se ajustan a nuestras protagonistas. Se trata de Andrea Batalla y de Júlia Santa Eugenia, y configuran la cuota femenina que desde hace varias semanas ha estrenado la estructura logístico-competitiva de la SHANB, ente que gestiona y explota el Hipódromo Municipal de Maó.
Su cargo de comisarias, de relativo nuevo estreno, las convierte en precursoras dentro de un mundo de eminente presencia masculina. Pero lejos de significar un hándicap, una y otra se muestran «encantadas» con su novedoso rol y de la experiencia que están disfrutando.