Inicia la cuenta atrás para la XIV edición de la Copa del Rey Panerai-Vela Clásica Menorca. La selecta regata que en periodicidad bianual convierte a Maó en la capital marítima mundial, e incluida en el circuito Panerai Classic Yachtcs Challenge y valedera para el Campeonato de España de Barcos de Época y del Trofeo Mare Nostrum, retorna a la costa menorquina, que acogerá su disputa entre el 29 de agosto y el 2 de septiembre próximos.
Presentada en la sede del Club Marítimo de Mahón, junto al RCN Barcelona entidad organizadora del evento, este rebasa, a varias semanas de 'zarpar', los cuarenta barcos inscritos, apunta a superar el medio centenar y augura a ser por enésima ocasión, tal y como subrayó Mario Giménez, director de la firma italiana en España, «la mejor regata» de las once que configuran el circuito Panerai «¿por qué?, por esto», refirió en alusión al puerto de Maó.
No en vano, las autoridades presentes en el acto, desde la presidenta del Consell, Maite Salord, al conseller del Govern, Marc Pons, pasando por el primer teniente de la alcaldía de Maó, Héctor Pons, coincidieron en elevar la trascendencia de la cita por encima de su de por sí exuberante impacto deportivo. «De las mejores promociones para Menorca, un orgullo y una forma de presumir de puerto, y eso se logra con pruebas así», señalaron, «y un motor para impulsar» la actividad de la rada, apostilló Salord. La competición, que a modo de anécdota contará con el Rey Felipe VI como presidente de Honor, en su condición de idem del Club Marítimo de Mahón, arrojará un retorno económico, cifran los organizadores, en torno a los cuatro millones de euros (partiendo de una inversión de un millón).
En el plano estrictamente deportivo, reiterarán en Maó algunos de los ejemplares más espectaculares de la vela clásica internacional, que una vez más fragmentarán su participación en cinco clases –Big Boats, Época, que conforman dos grupos, Cangreja y Marconi, Clásica y Espíritu de Tradición–, en lo que asimismo será una espectacular exposición y combinación sobre el mar de «historia, competición y restauración», como acertó a definir el presidente del CMM, Antonio Hernández.