Susto mayúsculo para el piloto de motociclismo de Maó, Jordi Cavaller, en la última prueba catalana de velocidad, en la que finalizó en un hospital tras una severa caída. Esta temporada han vuelto a reactivar el circuito de Calafat, reasfaltado y ampliando las escapatorias, por lo que Cavaller decidió apuntarse al Campionat de Catalunya y Mediterrani de velocidad. «Me hacía mucha ilusión tras haberlo dejado hace 16 años, el 2003, cuando tan solo corría velocidad», reconocía ayer Cavaller, quien este fin de semana en los dos ‘cronos', cuando estaba bajando tiempos, se le deslizó la rueda trasera, volvió a traccionar «y salí por orejas que se llama. Tengo golpes en todo el cuerpo y un dedo de la mano derecha roto. Me tienen que posar un ‘caracolito' para dejarlo bien» detallaba el mahonés. O sea, curso finalizado y sin poder competir en Montmeló ni en la última de ‘flat track' del año.
«El 2019 pudo ser mejor»
El 2019, según Cavaller, «pudo haber sido mejor. En las ‘24 Hores de Montmeló' quinto no está mal pero no es mi objetivo. Realmente, entre los tres primeros hubiese estado mejor», admite el insular. «Pero está bien, muchos ni acaban y hacerlo siempre es bueno».
Ello tras llevar a cabo un campeonato de ‘flat track' en el Roccos Range «que ha estado muy divertido pero falta una carrera que dudo que llegue a tiempo. Y en el catalán de velocidad, contento por el ritmo y nivel que he cogido pese a la caída», analiza. El año que viene intentará hacer todo el campeonato entero, las cuatro carreras: Alcarràs, Castelloli, Calafat y Montmeló, a parte de las 24H de Montmeló y las de vespas en Zuera, ‘flat track' y alguna clásica de resistencia, «pero todo está en el aire».