Por increíble que pueda parecer– por lo imprevisto de la situación derivada de la crisis sanitaria de la covid-19–, ayer fue sin duda uno de los días más felices de estos últimos tiempos para la palista menorquina del World Padel Tour, Gemma Triay. Y es que tras más de dos meses de no poderse ejercitar junto a su pareja de juego, la catalana Lucía Sainz, ayer, al fin, pudieron verse de nuevo las caras en una pista y empezar a preparar el curso WPT 2020. «Por fin, después de 72 días nos hemos metido otra vez en una pista de pádel. Mucha felicidad volver a jugar y ver a parte del TEAM Rodrigo Ovide pero, por favor, ahora nos toca a nosotros ser responsables», expresaba Triay en sus redes sociales, antes de ejercitarse con Sainz.
«Feliz es poco. Más ilusionada que el día de Reyes y con una sonrisa de oreja a oreja. La sensación de volver a tener la pala en mano es top», expresó la catalana.