La extenista y dirigente menorquina Elsa Pons Fortuny, natural de Alaior, ha sido distinguida con el Cornelius Atticus 2023, en el apartado de deporte femenino, la más alta distinción que concede el Govern Balear y por extensión, la más relevante del Archipiélago de cuantas se conceden a título individual, y que le será entregada el próximo 26 de marzo en Es Baluard, en Palma, en un acto expresamente concertado para ello.
La distinción, que Elsa Pons ha conquistado en liza con otras dos deportistas menorquinas, la nadadora de Ciutadella, Tita Llorens, y la atleta ferreriense, Lita López, al margen de la eivissenca Fina Avilés, que completaba la relación de nominadas para la edición de este año, repercute fundamentalmente como un reconocimiento al inmenso trayecto que ha trazado a lo largo del último medio siglo, tanto en las pistas, donde ejerció de precursora y de ganadora en el ámbito local, como en los despachos, donde ha destacado como una figura esencial en pro de una materia por la que siente auténtico amor, como es el tenis.
«No esperaba recibir la distinción, la verdad, ha sido toda una sorpresa; sí, estaba nominada, pero tampoco pensé mucho en ello, no creí que pudiera ganar», fueron las primeras manifestaciones que hizo la exjugadora y dirigente, este miércoles a la tarde, al ser contactada por este diario, poco después de conocerse el veredicto del jurado del ‘Atticus' 2023.
«Aunque es cierto que llevo ya muchos años al pie del cañón, y en mi época, tampoco había tantas mujeres que hicieran deporte», precisó de inmediato la tenista y dirigente de Alaior, en alusión a una trayectoria que empezó, concretamente, en 1972, hace algo más de medio siglo, y que en su recorrido como jugadora comprende un ingente ramillete de éxitos, suscrito gracias al hegemónico ciclo que abarcó desde mitad de los años 70 hasta entrados los años 80 del siglo anterior, en los que dominó sin réplica los campeonatos insulares. «Al principio, solo había hombres para jugar», recuerda de aquellos tiempos en que a ojos del país todavía se hacía extraño, y mucho, ver a una mujer en pantalón corto practicando deporte.
Lamentablemente, una lesión precipitó su retiro, pero solo de las pistas, puesto que el vínculo de Elsa Pons con el mundo de la raqueta pasó al contexto organizativo, lo que hizo que el tenis insular y balear en general, y el CT Alayor en particular, ganaran una dirigente de primer orden.
De hecho, en el mágico año 1992, el de los inolvidables JJOO de Barcelona, Elsa Pons asumía la propiedad y la presidencia del CT Alayor, al que dotó de un gran impulso, convirtiéndolo en una entidad de referencia dentro del mapa deportivo local y autonómico. «Es que mi trayectoria realmente importante en el mundo del tenis empieza como dirigente. Y la verdad es que me gusta este mundo, y mientras el cuerpo aguante, ahí seguiré», relata la flamante ‘Atticus' 2023.
Rostros de relevancia como el campeón español de Roland Garros, Manolo Orantes, que además mantiene una buena relación con el club, o el legendario exjugador sueco Bjorn Borg, multicampeón en Wimbledon y en París, por citar un par, han sido algunos de los selectos invitados que han desfilado por las instalaciones del CT Alayor bajo la gestión de Elsa Pons.
No obstante, la labor que se desarrolla en la escuela (que es también de la FBT), de la que Pons quiere poner en valor «la presencia y trabajo de Belén Vidal», y por la que por ejemplo en su momento pasó la ahora jugadora top de pádel, Gemma Triay, extenista forjada en el club y para el que jugó hasta los 14 años de edad, el ingente volumen de niños que esta reúne, lo que incluye la presencia de jóvenes jugadores provenientes de toda la Isla, desde Maó y de Ciutadella también, «algo impensable hace tiempo», indica, o la constante organización de torneos, tanto de tenis como más recientemente de pádel, son otros motivos de orgullo que llenan a Elsa Pons, y que a su vez han instado el reconocimiento de parte del jurado del Cornelius Atticus.
«Es que soy una enamorada de este mundo», comenta para despedirse, y todavía emocionada por este reconocimiento, Elsa Pons Fortuny, distinguida con el Cornelius Atticus 2023.