Gemma Triay vive los primeros pasajes de la aventura iniciada con la prometedora Claudia Fernández, tras poner fin a la dupla que formó con Marta Ortega justo después de finalizar su asociación con Alejandra Salazar. Para Triay, acostumbrada a las uniones estables con jugadoras experimentadas, su realidad es nueva. Pero la afronta con ilusión, deseosa de «liderar el barco» y sin estar «obsesionada con unos objetivos de ránking».
En presentación de su patrocinio por parte de Cantabria Labs y NDL Pro-Health, la alaiorenca habló de su nueva etapa y de su pareja. «Tiene 18 años y un temple y una calma que me sorprende mucho con la poca experiencia que tiene. Creo que nos compaginamos muy bien, las dos tenemos claro lo que queremos. Ella es muy tímida y poco a poco yo quiero ayudarla a que se abra un poquito más», subrayó.
«Cada una tiene sus valores y sus cosas y estamos haciéndolo bien. No hemos tenido mucho tiempo para entrenar todavía pero a ver si conseguimos que en Bruselas pueda salir un buen torneo», señalaba la de Alaior.
Sin tanta presión
Entre otros aspectos, tocó también Triay el de los retos del 2024 con Fernández. «El tiempo dirá hasta dónde podemos llegar y por lo que podemos luchar este año. Últimamente digo que creo que los objetivos para los que estamos preparadas se van a ver más a mitad de año», piensa en voz alta.
«Es cierto que a priori se puede decir que tengo menos presión, aunque soy la misma jugadora y presión me pongo porque en la pista quiero ganar».