Este curso será el segundo en el que el Club Bàdminton Maó milite en la Liga Nacional Primera Plata —tercera división nacional— tras lograr el ascenso en la última jornada de la campaña 2022/23.
Esta última temporada podríamos haber hablado de un segundo ascenso consecutivo a Oro —segunda división nacional— si no hubiese sido por una serie de «pequeños detalles». «Se nos escaparon dos encuentros que nos podríamos haber llevado perfectamente y hubiésemos estado ahí. Pero bueno, la idea es mantenerse porque cada año hay más competitividad, pero si hay posibilidades y se puede subir, genial. Ya nos plantearíamos otros retos», explica el presidente del Club Bàdminton Maó, Pep Costa.
Oportunidad única
Más de 20 años al frente de la entidad con más licencias de toda Balears, 110, dan para mucho y Pep Costa, (Maó, 1975) es uno de los grandes responsables de la evolución de este deporte en la Isla. El Campus Menorca Bàdminton, que inicia su andadura mañana mismo y se extenderá hasta el viernes 30, es una gran prueba de ello.
Las dos jugadoras que servirán como guías para los cerca de 20 jóvenes del club, entre los que se incluyen los doce pertenecientes al grupo de seguimiento, son los fichajes de relumbrón Jessica Li, que llega desde la Isla de Man, y Cille Wehlast, del Lyngby Badminton Klub danés —Dinamarca es el país europeo de mayor nivel en bádminton—, en el que está integrado el menorquín Albert Navarro, con el que acostumbra a formar pareja en los dobles mixtos. De hecho, el propio Albert, recién llegado de tierras nórdicas este viernes, formará parte del grupo de técnicos que asesorarán a las jóvenes promesas durante el programa de tecnificación.
«Es un campus pensado para aquellos jugadores que creemos que pueden tener una mayor proyección», explica el máximo mandatorio, Pep Costa. Además, gracias a la buena sintonía que existe entre todos los clubes de la Isla, cada uno de ellos ha recibido una invitación para que tres de sus jugadores participen. «Queremos que vengan aquellos chicos y chicas que vean que tienen una buena progresión y una gran aptitud», indica.
El gran objetivo es «continuar creciendo como comunidad» y llevar el bádminton a todos los rincones de la Isla. «Solo nos falta club en Es Mercadal, donde teníamos todo a punto, hasta las instalaciones. Pero no fuimos capaces de encontrar un técnico», señala Costa, también delegado insular de la Febab (Federación Balear de Bádminton).
Hora de competir
Todas estas acciones contribuyen a elevar el techo competitivo del Club Bàdminton Maó tanto en Liga Nacional Primera Plata como en los Island Games. El hecho de poder entrenarse con jugadores extranjeros más contrastados, como este año será el caso con el danés Kaj Lü y el sueco Suwanphingkha, ayuda y mucho. «Les llama mucho la atención la liga española. Están encantados de venir aquí y ayudar», subraya Costa.
Esto es posible gracias a que la liga arranca en enero y se alarga hasta abril con solo cuatro fines de semana de competición al año. Es decir, cuatro mangas de tres jornadas cada una y en diferentes sedes de España. Todo muy concentrado. La intención de Costa es que Maó albergue la última manga de 2025, todavía pendiente del visto bueno de la Federación Española. El maltrecho estado del pabellón del colegio Verge del Carme, donde entrenan al mismo tiempo que en el Polideportivo Municipal, necesita una reforma integral y solicitan al Ayuntamiento un espacio donde poder desarrollar su actividad en condiciones.
Por otro lado, los Island Games de Orkney del próximo verano acaparan gran parte de los focos, además de ser la gran fuente de la red de contactos que está tejiendo el equipo mahonés más allá de las fronteras españolas. «Es un caramelo que tenemos, aunque la opinión pública no lo valora como tal. La competición de bádminton es buenísima y tiene un nivel muy alto», advierte Pep Costa, quien suele organizar concentraciones previas para acabar de definir las caras que formarán parte de la expedición.
El permanente contacto con las delegaciones de otras islas y el éxito de los hermanos Albert y Eric Navarro en forma de medalla avalan las palabras de Costa. Por si fuera poco, el Consell, impulsor de estos juegos entre islas, «invierte en los clubes que generan, realizando un trabajo genial» a la hora de apoyar y financiar la actividad deportiva de entidades como el Club Bàdminton Maó.