El favorito impuso la lógica. Lo hizo desde el primer saque hasta el último. Fue una fiesta privada para el anfitrión, Embalajes Blanco Tramek Murillo, en el que había sido invitado, con todo el merecimiento del mundo, a última hora el Valeriano Allés Menorca Volei, un subcampeón, por tercera vez y en todo caso, de mucho mérito. Con eso debe quedarse el cuadro de Bep Llorens, con ser el último escollo que tuvo que superar el conjunto de Carlos Carreño para llevar a sus vitrinas su primera Copa de la Reina. El acierto en el saque de las locales, la destreza para dirigir a las suyas de Yoraxi y el mejor bloque en la red de Murillo resultaron demasiados contratiempos para un Valeriano corto de recursos físicos por el desgaste acumulado ante un rival muy superior.
Las riojanas ya salieron vencedoras desde el túnel de vestuarios y el mejor ejemplo fue un comienzo arrollador (11-3). Puede que la frescura de Murillo empezara a surtir efecto. Demasiado pronto. Las pupilas de Bep Llorens estaban desubicadas, llegaban una décima tarde y no encontraban la manera de meter presión a su rival. Casi sin querer, las riojanas doblaban a las baleares (16-8) en lo que parecía un calentamiento más que un partido. La gran labor realizada por Valeriano tanto en cuartos como en las semifinales no funcionaba en el día de la final. La dirección de Yoraxi hacía estragos, mientras que los remates de Pejkovic, Da Silva y Barrio ponían la directa. En apenas 18 minutos el primer set se diluía.
Bep Llorens intentaba contagiar algo de ánimo, pero la realidad es la que es. Murillo no dio opción a un conjunto que, es cierto, ha crecido mucho en esta competición. Volviendo al partido, el segundo set debía mostrar a un conjunto balear con rabia. El 0-3 era un síntoma. Había que intentarlo. Solidaridad, ayudas en los bloqueos y recepciones más seguras parecían dar otro aire al encuentro. Sin embargo, Murillo no entiende de sentimentalismos, de abrir una esperanza al débil... las de Carlos Carreño empiezan y no hay quien las pare: 5-3 y 8-6. Al menos, daba la sensación de que Valeriano quería batalla. Pero duro poco tiempo, quizá el que quiso el cuadro riojano. El 15-9 abría las distancias, el 18-12, las mantenía, mientras que el 22-14 ya era casi definitivo para conocer al ganador de la segunda manga. Una vez más, el saque y superioridad en el bloqueo eran para un Murillo que ya se sabía vencedor de la Copa (25-14).
Valeriano sufría en la pista, no disfrutaba. La alegría, la intensidad y la actitud positiva mostrada ante Barça y GH Leadernet habían desaparecido. Eso no quita para que las pupilas de Bep Llorens no lo dieran todo. En ese sentido, no se les puede reprochar nada. El tercer set fue una continuación; ahí está el 8-1 y 10-2. Poco había que hacer. Ni siquiera era pensable una remontada. Pese a ello, hubo buenos puntos en este último parcial, cuando ambos equipos ya habían mostrado sus cartas. De hecho, el 16-11, finalizado con maestría por la colocadora de Murillo, resultó, sin duda, uno de los puntos del choque, con intercambio de buenos remates y mejores recepciones. A partir de ahí, Valeriano mantuvo la dignidad y acabó el duelo con entereza (25-17). Poco más se podía hacer. No en vano, Valeriano Allès Menorca ya lo había hecho llegando hasta el domingo.