El pasado 24 de febrero se ha cumplido dos años de la guerra en Ucrania, un conflicto bélico «estancado» que nos afecta a todos. El conflicto israelí-palestino es otro de los focos de tensión que afectan la actividad económica. Ambas situaciones han creado incertidumbre sobre el precio de los materiales. La crisis de la energía y la subida de los precios han creado inseguridad entre consumidores y agentes del sector. Una inseguridad en la que nos vemos expuestos mientras siga una crisis mundial como la que estamos viviendo.
Además de dichos conflictos bélicos, no está olvidada la reciente crisis pandémica que sufrimos en el año 2020 y parte del 2021. Todo ello ha supuesto generar unas incertidumbres al tejido empresarial, que, sumado a los incrementos generalizados de precios y de las materias primas, han supuesto una postura de desinversión, no solo de los empresarios locales sino también de los inversores extranjeros.
En algunos sectores sí que se puede decir que han recuperado sus volúmenes de actividad, pero la realidad es que la tensión con los datos de la inflación y el incremento de los costes energéticos lleva generando incertidumbre desde el pasado otoño y para la presente temporada. En toda España están notando estos efectos, si bien en Balears tenemos el hecho diferenciador de la insularidad que acarrea problemas de distribución y entrega. Además, la burocracia y atasco administrativo ha hecho que los proyectos de obra, licencias, adjudicación y pago de subvenciones se haya ralentizado, lo que ha provocado ineficiencia y problemas de tesorería.
Por otro lado, la falta de personal cualificado en todos los sectores es un problema grave que se necesita resolver. Se necesita una apuesta clara por la formación y la educación. Se están viendo muchas dificultades, tal y como nos lo trasladan empresarios de diferentes sectores. Por eso, como presidente de Asima creo tanto en preparar a gente cualificada, para que pueda aportar la mano de obra a los empresarios que lo necesitan. Este problema no es de fácil solución.
Formar a las nuevas generaciones para conseguir cantera de personal cualificado y formación continua para los trabajadores en activo para que constantemente estén actualizados en las últimas novedades, son acciones en las cuales se debe trabajar y no se pueden olvidar. Refrescar los temarios, potenciar formaciones duales y prácticas en empresas serán fundamentales para conseguirlo. Desde la Asociación de Industriales de Mallorca y poniendo a disposición de nuestros asociados las instalaciones del Antiguo Parque de Bomberos Asima, se realizan formaciones adaptadas a las necesidades de nuestros asociados y consiguiendo que el mismo sea el Centro de Referencia de Formación.
La falta de personal se ve incrementada por el gran problema que supone la falta de vivienda. No hay vivienda disponible a precios que puedan asumir los trabajadores y tampoco hay oferta ni de compra o alquiler. La construcción y promoción de vivienda de cada día es más complicada y es necesario de forma urgente adaptar políticas de vivienda al entorno actual. Desde Asima reclamamos vivienda digna, asequible en precios, cerca de nuestros polígonos y con alternativas de infraestructuras que permitan una movilidad ágil, gratuita, con muchas frecuencias y paradas.
Los continuos cambios, los cuales sufren constantemente los empresarios, ya vengan generados por guerras, pandemias, incrementos desmesurados de precios, falta de materiales, roturas de stocks, carencias en el personal, burocracia administrativa o nuevas tecnologías entre otras, hacen que las empresas se tengan que adaptar de forma rápida y constante a los cambios del entorno, siendo necesaria mayor eficiencia, mayor productividad y mejores que la competencia. En el caso de que los empresarios no se adapten, verán mermadas sus cuentas de explotación, la calidad en su cartera de clientes y finalmente en la evolución o desarrollo de su producto.
Estamos ante una economía global, la competencia es muy fuerte y todo el tejido empresarial evoluciona. Es por ello que las crisis y malos momentos económicos hacen más fuertes a los empresarios, a ser más innovadores y a potenciar una actitud de mejora continua en sus estrategias. Las empresas están más profesionalizadas, con patrones estratégicos como guías, con objetivos y planes de acción concretos y con una clara orientación a resultados, controlados por indicadores, lo que permite ver la evolución de estas.
Asima aporta y seguirá aportando valor añadido a sus asociados, es su objetivo principal, facilitándole la gestión de su negocio y siendo su interlocutor válido con la Administración, poniendo en valor el gran peso específico que tiene en el producto interior bruto de Balears. Ahora más que nunca, hay que buscar la colaboración público-privada, para obtener sinergias para que las crisis o malas rachas no tumben a los empresarios, sino que sirva de momentos de reflexión para mejorar y que los proyectos empresariales sean más fuertes, se consoliden y se les permita seguir creciendo. Por lo tanto, estamos ante nuevos retos y oportunidades y todo el equipo de Asima seguirá velando por nuestros asociados, poniendo en valor al tejido empresarial de los Polígonos Son Castelló y Can Valero, ejecutando sus necesidades y ayudando en todo lo que sea menester para apoyar a todos sus proyectos empresariales.l