La industria turística, tanto a nivel global como en destinos específicos como Balears, se enfrenta a una serie de desafíos significativos. Entre estos desafíos se encuentran la sostenibilidad en sus tres dimensiones (social, ambiental y económica), la digitalización, la atracción y retención del talento, la irrupción de la inteligencia artificial y la reputación del sector. Sin embargo, uno de los aspectos fundamentales, pero a menudo subestimado para abordar estos desafíos es la mejora de la productividad.
A menudo, se asume que la productividad sólo se logra a través de esfuerzos intensivos, sacrificios y recortes. Sin embargo, la verdadera mejora de la productividad reside en la capacidad de crear más valor añadido. Si bien la inversión en activos tangibles y tecnología puede inicialmente mejorar la productividad, esto puede no ser suficiente a largo plazo dado el creciente y diverso panorama competitivo.
Durante años, se ha hablado de la industria turística como la «industria de la felicidad». Sin embargo, ¿podemos realmente ser la industria de la felicidad si aquellos que forman parte de ella no lo son? La felicidad, en este contexto, va más allá del mero placer; es una actitud, un camino que requiere esfuerzo y, a veces, renuncia, pero que al final genera plenitud.
Los datos respaldan la conexión entre la felicidad en el trabajo y los resultados empresariales. Empresas que priorizan el bienestar de sus equipos tienen niveles de rentabilidad más altos y una retención de talento superior. Por ejemplo, según la Great Place to Work® Institute, las empresas consideradas excelentes lugares para trabajar superaron al mercado bursátil estadounidense en un 2,3% analizado durante un período de 25 años (Fortune, 2019). Además, las organizaciones con un alto compromiso de los empleados superan a sus competidores en ingresos por acción en un 147% (Gallup, 2017).
La retención de talento también es clave para el éxito a largo plazo de una empresa. Las empresas que figuran en la lista de las Mejores Empresas para Trabajar tienen una rotación de empleados 2,5 veces menor que el promedio de la industria (Great Place to Work®, 2021). Igualmente, las empresas con altas calificaciones de satisfacción laboral en plataformas como Glassdoor tienen una retención de empleados 2,5 veces mayor que las empresas con calificaciones bajas (Glassdoor, 2015).
La felicidad laboral no solo afecta a la retención de talento, sino también al orgullo de pertenencia. Los empleados que trabajan en una cultura de empresa positiva se sienten más felices y comprometidos en su trabajo (Deloitte, 2021). Estudios también demuestran que los empleados que se sienten valorados y apreciados en el trabajo son más propensos a permanecer en la empresa a largo plazo (Harvard Business Review, 2021).
Estos intangibles son fundamentales para aumentar la productividad de las empresas de manera sostenida. Por lo tanto, la productividad es la consecuencia de un objetivo mayor: construir organizaciones donde las personas puedan trabajar siendo felices. Esto requiere romper paradigmas y construir organizaciones más planas y adaptables, donde los empleados puedan ser ellos mismos, tener autonomía y logrando su propósito contribuyan al propósito de la empresa.
Si logramos convertir a la industria turística en un sector donde la felicidad y la productividad se entrelacen, mejoraríamos nuestra reputación, seríamos motores de innovación y transformación, y crearíamos entornos donde la conciliación familiar y el crecimiento salarial sean posibles. En última instancia, esto haría de la industria turística un lugar más atractivo para trabajar y contribuiría a su sostenibilidad a largo plazo.l