Joan Cantavella Blasco vive rodeado de libros. Por razones personales y profesionales. Hasta tal punto que un buen día tomó una decisión radical pero muy efectiva ante el agobiante problema de la falta de espacio: "Opté por ponerles un piso a mis más de quince mil libros". Más de quince mil títulos. Muchas bibliotecas públicas de Menorca no tienen semejante cantidad de obras.
El periodista y catedrático que hoy protagoniza nuestra serie sobre bibliotecas privadas detalla su decisión: "Era misión imposible guardar todos mis libros en una sola habitación, ni siquiera en las diferentes estancias de mi domicilio madrileño. De modo que les puse un piso. Hay quien se lo pone a una señora o a un señor; pues yo lo puse a mis libros. El piso está forrado de estanterías en todas sus paredes. Está situado relativamente cerca de casa y ahí me tienes, yendo y viniendo cuando los necesito". Al margen de su actividad docente en la Universidad San Pablo CEU de Madrid, Joan Cantavella ejerce la crítica literaria en prensa desde hace más de treinta años y esa doble dedicación explica el hecho de que haya acumulado tan elevado número de libros. El entrevistado manifiesta que "la cercanía con los libros es para mí una cuestión profesional; por una parte realizo información cultural y comentario de libros, y por otra mi condición académica me obliga a dar clases y realizar investigación con una cierta exigencia, lo cual me lleva a manejar un gran número de volúmenes".
Cantavella indica que inició su biblioteca a las ocho o nueve años: "Logré que me compraran "Platero y yo", de Juan Ramón Jiménez, y "Las confesiones de un pequeño filósofo", de Azorín, y aún no sé por qué pedí estas obras. Como ves, nada de aventuras. Estos títulos fueron los únicos que tuve durante algún tiempo, así que los releí varias veces. Antes –prosigue– pasaba mucho tiempo con tebeos que me prestaban otros niños porque nunca tuve dinero para comprarlos yo". Rememora Cantavella los años del "TBO" original, "El Capitán Trueno", "Roberto Alcázar y Pedrín", y "Hazañas bélicas". Eran sus preferencias infantiles.
Hoy, en la biblioteca de Cantavella hay de todo y en abundancia: "Hasta best-sellers infumables, pero como va contra mis principios el tirar libros, los guardo hasta que encuentro una persona a quien le hace ilusión leerlos y entonces se los regalo. A ojos de buen cubero diría que unos cinco mil libros son de historia, sobre todo contemporánea, y otros tantos de literatura, buena y regular. Después está la colección de libros menorquines y la de periodismo".
Libros menorquines
Los libros sobre Menorca o de escritores menorquines tienen especial interés para Cantavella: "La verdad es que me llena de satisfacción poder contar con un abundante material; así, puedo mencionar la historia de Armstrong, los libros de o sobre los obispos antiguos de la diócesis, casi todo Patxot o Quadrado o Ruiz y Pablo. Por supuesto, nada que ver con las espléndidas bibliotecas que han formado algunos menorquines". Y refiere Cantavella la dificultad de conseguir obras valiosas desde el punto de vista bibliófilo por cuanto "los precios se han disparado, pero si se dispone de dinero abundante se pueden obtener los libros más solicitados, por eso disfruto rebuscando en los mercadillos populares de las ciudades que visito, sea en nuestro país o en el extranjero. De esta manera he logrado piezas a precios irrisorios, por ejemplo en librerías o puestos callejeros de México o Lima". Y suele ocurrir que "nunca encuentras lo que buscas, pero hay que ver cómo encuentras lo que no se te ocurría buscar". Una situación que se reproduce con las obras de periodismo: "Conservo una colección muy completa. Creo que poseo todo lo que hay que tener sobre redacción periodística e historia de la prensa, pero también libros con recopilaciones de artículos, crónicas, entrevistas y reportajes de periodistas del siglo XIX y principios del XX. No es mero afán de coleccionista, ya que escribo con frecuencia sobre estos temas y eso facilita mis investigaciones, al no tener que trabajar en la biblioteca de mi Universidad o en la Biblioteca Nacional".
Si bien no aporta nombres concretos, Joan Cantavella indica que sus autores preferidos "son aquellos de los que me ocupo profesionalmente, porque investigo sobre ellos o tengo que hacer crítica en diarios y revistas". "Leo de todo –continúa– y a veces, para desengrasar, no me importa acudir a los más ligeros. Cuando leo éstos no necesito tomar notas ni subrayar y eso relaja. Pero no se lo digas a nadie, porque desmerecería a los ojos de muchos".
Cantavella compra unas cuantas decenas de libros al año, aunque precisa que "también me regalan muchos las editoriales y los amigos que publican". Por lo que se refiere a la lectura, asegura que lee "media docena de títulos al mes para escribir sobre ellos en los periódicos y luego los que puedo –y debo consultar– para los trabajos académicos". En la segunda quincena de abril el catedrático de Periodismo leía "cosas tan dispares como los libros de columnas de Vargas Llosa o algunos tomos del periodista Herrera Oria y, en otro orden de cosas, novelistas españoles más que extranjeros: María Dueñas o Lucía Etxebarría".
Clientas
Preguntado sobre el capítulo de las lecturas que recomienda, el ex director de "Es Diari" residente en Madrid afirma que tiene sus clientes: "Mejor dicho, clientas, porque en la actualidad quienes más leen literatura son las mujeres. Se trata de algunas amigas de Lola, mi esposa, que me piden no sólo consejos, sino también préstamos, aunque prestar es muy peligroso, he tenido experiencias lamentables. Ahora mismo tengo repartidas las últimas novelas de Antonio Muñoz Molina, Isabel Allende y Julia Navarro, después serán otras. A uno de mis doctorandos le sirvo ensayos de Octavio Paz o poemas de Miguel Ángel Buenarroti. Afortunadamente hay para todos los gustos".
Acerca de los libros electrónicos, Cantavella expresa primero su incertidumbre y proclama después su amor por el papel: "No he leído nunca libros por esta vía, aunque sí artículos y capítulos de obras de investigación que estaban en la red. Debo aclarar sin embargo que como me cansa leer en la pantalla, termino imprimiendo el material que me interesa. Por otra parte, no soy profeta y no sé lo que ocurrirá en el futuro. Me temo que está a punto de producirse una invasión, aunque no acabará con el papel. Deseo que ese cambio radical no ocurra nunca, pero yo no me dedicaré a combatirlo, allá cada cual. En todo caso yo no estaré". Y como Cantavella prefiere el papel, Miquel Llompart, de la Llibreria Catalana de Maó, le busca periódicamente los libros que le interesan y se los manda en paquetes a Madrid. De modo que la vía menorquina siempre se halla operativa.
De la crítica literaria a la docencia periodística
Joan Cantavella Blasco es un periodista que posee un amplio y brillante currículo a raíz de su prolongado ejercicio de la profesión (preferentemente en el ámbito cultural) y de la intensa actividad que desarrolla en los últimos años al frente de su cátedra de Periodismo en la Universidad CEU San Pablo de Madrid. En este centro imparte la asignatura de Redacción periodística II (crónica, entrevista y reportaje), para los alumnos de la licenciatura, y la de Análisis del lenguaje en los textos periodísticos, para los estudiantes del doctorado. Anteriormente había ejercido como profesor en la Universidad Antonio de Nebrija, en Madrid. Cantavella nació en Almassora (Castellón) y tiene 60 años. Está casado, es padre de tres hijos y abuelo de dos nietos.
Este ex director del "Menorca", cargo que desempeñó entre 1976 y 1978, estudió en la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid, donde en 1973 fue galardonado con el Premio Nicolás González Ruiz en atención al expediente escolar y dotes periodísticas demostradas. En 1993 se licenció en Filología Hispánica en la Universidad Complutense y al año siguiente, en esa misma universidad, se doctoró en Periodismo con premio extraordinario. Tras dejar "Es Diari", Cantavella se reincorporó al diario "Ya", donde fue secretario de redacción, redactor jefe de local y, durante 1983 y 1984, responsable del suplemento de cultura. Asimismo cabe destacar que durante más de diez años la agencia Colpisa, hoy propiedad del grupo Vocento, distribuía semanalmente una entrevista suya con un escritor, trabajo que se publicaba en una veintena de periódicos.
Joan Cantavella ha escrito una docena de libros, es autor de numerosos estudios sobre géneros periodísticos y periodistas notables que se han publicado en revistas especializadas, ha participado en la redacción de varias obras colectivas así como en proyectos de investigación profesional; y ha impartido cursos en la Universidad de La Habana, en la Autónoma de Nuevo León, en Monterrey, y en la Universidad San Martín de Porres de Lima. Entre los libros publicados por Cantavella hay que destacar "Manual de la entrevista periodística" (Ariel, 1996), "Historia de la entrevista periodística" (Universitas, 2002), "Redacción para periodistas: informar e interpretar" (Ariel, 2004, en colaboración), "Redacción para periodistas: opinar y argumentar" (Universitas, 2007, en colaboración), "Un siglo de atentados reales" (Planeta, 1996), "La novela sin ficción" (Septem Ediciones, 2002), "Menorca en la vida de algunos escritores I" (Rotger, 2001) y "Cartas de Quadrado a Menéndez Pelayo" (Miquel Font Editor, 1991).
Cabe señalar finalmente que una de las parcelas periodísticas preferidas por Cantavella es la de la crítica literaria, una labor que en las páginas de nuestro diario plasma con regularidad desde hace más de seis años, los últimos en el suplemento "Culturàlia" .