Nuevos tiempos, nuevas estrategias. La industria discográfica tradicional sigue buscando un modelo que encaje con la era digital y que permita su supervivencia. Lo hacen las multinacionales de toda la vida y también las pequeñas discográficas independientes, como Velomar Records, una firma menorquina que se estrenó el martes pasado con el lanzamiento al mercado de su primera referencia, el segundo disco del menorquín Leonmanso, titulado «Jardins de brutes basses».
El trabajo ya está en las tiendas, pero algunos lo pudieron escuchar unos días antes gracias a la innovadora campaña «Leonmanso exprés», una iniciativa de venta bajo demanda que incluía la visita del artista a casa del comprador con el extra de interpretar allí unas cuantas canciones. «En los tiempos que corren resulta difícil vender discos, por lo que se nos ocurrió apostar por esta fórmula», señala Quim Torres, responsable de Velomar Records y productor del disco, que también se puede conseguir a través de las plataformas digitales como iTunes, Spotify o Bandcamp.
La propuesta, que no deja de ser curiosa, parece que funcionó bastante bien durante las dos jornadas en que se llevó a cabo, con más de una decena de peticiones, muchas de las cuales se convirtieron en conciertos de larga duración por el notable número de compradores que se reunieron en cada una de las citas.