«Menorca representa lo más íntimo de mis sentimientos; es muy importante en mi vida». Con esas palabras define Pilar Perdices (Maó, 1931) lo que representa regresar a su isla natal con una exposición triple y que exhibirá las 70 piezas, sobre diferentes soportes, que ahora hace cinco años donó al Ayuntamiento de Maó y al Consell insular.
«A pesar de haber vivido en Barcelona, siempre me he sentido menorquina, y mi obra es testimonio de ello», confesó la artista durante la presentación de la muestra en el Ateneu de Maó, entidad que colabora en la organización junto al Consell, Menorca Talayótica, el consistorio mahonés, Ca n'Oliver y la Obra Social de Sa Nostra.
Pero el origen de todo hay que buscarlo en 2009, cuando la artista encandiló a la Isla con su exposición antológica «Pilar Perdices, passen coses». La buena acogida de la muestra fue lo que motivó la entrega de los fondos artísticos como acto de agradecimiento. «Me siento muy bien tratada y me identifico mucho con la Isla. Y quería que lo mejor de mi obra quedase aquí», confiesa.
Pensando en Menorca
La artista, que actualmente reside en Barcelona, confiesa que tiene planes «a corto plazo» para trasladarse a vivir a Menorca. Perdices ha sido una asidua veraneante y visitante durante muchos años, aunque con algunas prolongadas ausencias. Sin embargo, la tierra en la que nació sigue siendo una fuente de inspiración vital en su carrera.
Preguntada sobre si aprovechará su visita para dar vida a uno de sus lienzos, confiesa que no podrá ser por una cuestión de tiempo. El domingo partirá hacia Galicia, donde tiene pensado pasar el verano y hasta donde se llevará «en la memoria» un trozo de Menorca para un cuadro que le han encargado.
La muestra, bautiza como «Obra donada al poble de Menorca», será sin duda alguna uno de los platos fuertes de la agenda cultural menorquina de este verano. Una propuesta triple, en tres salas diferentes, que se inaugura este viernes y que permanecerá abierta hasta el 30 de septiembre. Una ocasión para disfrutar de un estilo que el comisario de la exposición, Josep Bagur, define como «pintura vanguardista pero no de abstracción total».
Bagur reconoce no entender cómo una artista de tanto prestigio pasó mayormente desapercibida en Menorca durante tantos años. La muestra, dice, es una ocasión perfecta para recuperar el tiempo y disfrutar de las creaciones de una artista que, a su juicio, se define por «ser muy impulsiva pintando».