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Pedro J. Bosch aboga por un periodismo riguroso y reflexivo

Pedro J. Bosch, durante su conferencia. | Javier Coll

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Lleva la friolera de 53 años publicando para «Es Diari». Con permiso de las revisiones oculares, el articulismo y la creación literaria en general ocupan un lugar destacado entre los quehaceres cotidianos del médico oftalmólogo, escritor y articulista Pedro J. Bosch.

Y fue ayer, en el acto de entrega de los premios «Illa de Menorca» 2017 de narración corta y poesía, donde Pedro J. Bosch diseccionó con la precisión de un laser en una operación de miopía el periodismo, viejo oficio tantas veces inmortalizado en el mundo del cine.

En su conferencia titulada «Les muses formiguetes», el veterano profesional de la oftalmología desmitificó el papel romántico de las musas reduciéndolo a los procesos físico-químicos del cerebro humano.

También destacó por un lado el humor, «la poesía del artículo», y por otro, el rigor en el periodismo. En este sentido, Pedro J. Bosch citó estudios en los que se destaca que los jóvenes norteamericanos y europeos obtienen entre el 30 y el 40% de las noticias que leen o miran de Facebook. «Internet en general facilita el populismo porque ofrece una infinidad de plataformas que reverberan sobre sí mismas», aseguró en el parlamento que pronunció en la Biblioteca Pública de Maó.

«La simplicidad de los mensajes, la falta de argumentación y reflexión así como el imperio de los eslóganes, son otros de los fantasmas que recorren el mundo informativo», afirmó.

Mención a parte merece la alusión que tuvo Pedro J. Bosch a la actual posverdad, eufemismo de la «mentira adornada» de toda la vida. Como ejemplo de este «cancer que corroe el mundo de la información y que tiene una influencia en el devenir político incuestionable», citó el caso del brexit, en el que «se pregonaba de manera falsaria que los británicos daban 350 millones de euros semanales a la Unión Europea».

MODERACIÓN
Además del rigor informativo y de las argumentaciones fundamentadas, el galeno apeló a la moderación como antídoto frente al virus de la posverdad y «simplicidad tuitera» de las redes .

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