Una celebración especial, la de su vigésimo aniversario, y la mejor forma de comenzar a festejarlo. «Un concierto memorable», reconocían desde la organización del Festival Internacional de Jazz de Menorca. Un recital en el que la buena música convivió con el buen ambiente, tanto que se colgó el cartel de sold out. Así, el «Menorca Jazz» arrancó con un lleno total en el Teatre del Casino 17 de Gener, el escenario que tradicionalmente escogen para el concierto inaugural del festival y que siempre hacen coincidir con la festividad de Viernes Santo.
Las dos décadas de historia merecían este año un festival especial, y es por ello que la entidad organizadora, Jazz Obert, ha apostado este año no solo por un cartel de calidad, sino también muy variado, probablemente el más completo de su historia. Como propuesta inicial acercaron a la Isla al percusionista cubano Michael Olivera, quien presentó en Ciutadella su segundo trabajo discográfico en solitario, «Oasis».
Lo hizo en formato de quinteto, y con el pianista menorquín Marco Mezquida como anfitrión. Cabe recordar que el músico mahonés, en compañía del guitarrista flamenco Chicuelo, ya consiguió también el año pasado vender todo el papel para el concierto que el festival programó en el Auditori de Ferreries.
El grupo, con Olivera y Mezquida como principales reclamos, se complementó con la voz de Miryam Latrece, el saxofonista Ariel Brínguez y «El Negrón» al contrabajo. Un viaje musical que partió del jazz de corte más latino pero que también exploró otros territorios del género.
Con todo el festival por delante, hasta el 2 de junio, para su siguiente cita el «Menorca Jazz» viajará el próximo viernes hasta la Sala Albert Camus de Sant Lluís, donde actuará el ibicenco Pere Navarro, un concierto en colaboración con el «Eivissa Jazz», que este año también está de celebración especial al alcanzan su edición número 30. El intercambió se redondeará con la presencia en la pitiusa del músico menorquín Pere Arguimbau.