Año impar, y ello implica una nueva edición de las Trobades Albert Camus en su versión original. La de un foro que promueve el encuentro entre pensadores y creadores reivindicando la vigencia del pensamiento de Premio Nobel de raíces menorquinas y la necesidad de recuperar el papel de la cultura y de los artistas en nuestras sociedades. Como cada primavera, los invitados a la cita explorarán nuevos caminos para un futuro común a través de conferencias, debates, mesas redondas y actividades paralelas.
Las fechas ya se habían dado a conocer, del 28 al 30 de abril, pero no el título que servirá como hilo conductor del encuentro, que este año será el de «Els llocs del món». Una nueva invitación a reencontrarse con el pensamiento de Camus, «una luz en estos tiempos difíciles», recalcan desde la organización.
Este año, sus responsables proponen explorar —de nuevo a través del diálogo— esos lugares que permitirán «evitar que el mundo se desmorone». Estos «lugares del mundo», aclaran no serán geográficos. «Siguiendo el ejemplo de Camus, que dijo que ‘el escenario de un teatro es uno de los lugares del mundo donde soy feliz', queremos descubrir juntos esos lugares donde podamos profundizar en nuestras posibilidades de ser, comprender mejor nuestras fragilidades y transformarlas en potencia», avanzan en su declaración de intenciones.
Bajo el signo de Sísifo
Un proceso de exploración que sitúan bajo el signo de Sísifo, quien ante el «desorden del mundo, no desiste en su intento de remontar la pendiente; un Sísifo clarividente cuya fuerza y tenacidad nos incita a tejer esos lugares múltiples», argumentan en la presentación de esta nueva edición del foro de pensamiento contemporáneo que arrancó su andadura en Sant Lluís en 2017.
Las Trobades, que cada año van incorporando nuevas propuestas, formatos y citas, cuenta cada vez con un programa más amplio a través de una versión ‘Off' que ya viene funcionando desde hace algunas semanas en localizaciones de fuera de la Isla. La actividad en Menorca arrancará el 28 de abril con la ceremonia de entrega de la segunda edición de los Premis Mediterranis Albert Camus, que el año pasado no se pudieron entregar en persona por las restricciones derivadas de la pandemia. La cita se desarrollará en el Teatre Principal de Maó (19 horas) y está prevista la asistencia de los galardonados, el escritor francés Mathias Énard y la fotógrafa egipcia Rehab Eldalil.
Al día siguiente, la actividad se trasladará a Sant Lluís, donde durante la primera jornada los encuentros literarios y de pensamiento se desarrollarán bajo el subtítulo de «Los'lugares' de resistencia». Una cita que está previsto que cuente en el acto inaugural con el impulsor del evento cultural, Miguel Ángel Moratinos. El 30 de abril, el foro continuará bajo el lema de «Los ‘lugares' de invención de lo posible».
Los invitados
Los encuentros tendrán esta edición con una veintena de invitados, contando con los ganadores de los premios del año pasado. Una cita a la que regresan algunas caras ya conocidas por la Isla, como la de Agnès Spiquel, quien fuera presidenta de la Sociedad de Estudios Camusianos entre 2005 y 2020. Entre los expertos en la figura del Premio Nobel figuran también nombres como los de Alexis Lager, Franck Planeille o Anne Prouteau.
También intervendrán los periodistas Alfonso Armada y Gumersindo Lafuente, la pensadora Hourya Bentouhami, el escritor Mahi Binebine, los artistas Gao Bo y Pascale Obolo, la gestora cultural Judit Carrera, las escritoras Laura Fernández y Belén Copegui, el dramaturgo Driss Ksikes, las directoras de escena Natalia Menéndez y Marta Pazos y el fotógrafo Paolo Woods.
El apunte
La clausura, en Hauser & Wirth, con el bailarín Israel Galván
Tras dos intensas jornadas de reflexión y pensamiento y una vez desveladas las conclusiones del encuentro, este llegará a su fin con una fiesta de clausura el 30 de abril que tendrá lugar en la sede de la galería Hauser & Wirth en la Illa del Rei. Consistirá en un espectáculo de danza a cargo de Israel Galván, que presentará el montaje «Solo». Una reflexión muy personal sobre el baile flamenco sin música y sin ningún tipo de adorno, donde el único instrumento es el bailaor, Premio Nacional de Danza en 2005.