El pintor y diseñador gráfico Iván Triay (Ciutadella, 1971) saca las simpáticas siluetas que caracterizan su obra fuera de Menorca para llevarlas a Barcelona, la ciudad en la que reside y que le acogió desde su época de estudiante, hace ya 33 años.
La exposición que la smana pasada inauguró en la céntrica galería Silvia Sennacheribbo es «un homenaje a Barcelona», a los espacios y lugares que más le han influido a lo largo de su estancia en la ciudad.
No faltan ni la Plaça Reial, ni el «mítico» Bar Mendizábal, «donde he tomado más de una cerveza», ni los suelos hidráulicos tan comunes en las viviendas del Eixample barcelonés, «en los que he vivido muchos años». Pero también extiende su mirada a las playas y el litoral más emblemático de Cataluña, desde la Costa Brava a Cadaqués.
La muestra ha sido «muy bien recibida» por el público. «Algunas piezas ya se han vendido, y hasta la gente del ‘Mendi' quiere llevarse su cuadro al bar», relata.
Amigos y menorquines residentes en Barcelona no desaprovecharon la ocasión para arroparle en el estreno de la muestra, un sencillo acto regado con las botellas de vino «Peces de ciudad», cuyas etiquetas ha ilustrado también con sus característicos personajes. La exposición permanecerá abierta hasta el 14 de junio.