El camino para conseguir la inscripción de la Menorca Talayótica como Patrimonio Mundial por parte de la UNESCO ha sido largo. Catorce años de trabajo y gestiones han sido necesarios desde que el Institut Menorquí d'Estudis (IME) lanzó la propuesta, pasando por el bache de 2017 en el que ICOMOS tumbó la candidatura, recomendando que se reformulase, hasta conseguirla finalmente este año.
En agosto de 2009 el IME acordó impulsar la candidatura, un guante que fue recogido por el pleno del Consell un año después para comenzar a trabajar e iniciar los trámites de la candidatura. En 2013, obtuvo la inscripción en la lista indicativa del Ministerio de Cultura, que es quien recoge las propuestas del país y finalmente, en 2015, fue candidata oficial por parte de España.
El trabajo culminó en 2016, cuando se entregó al primer expediente a la UNESCO para enfrentarse, en 2017, a la primera hora de la verdad. Sin embargo, el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos), determinante para la decisión de la UNESCO, cuestionó algunos de los aspectos del expediente y consideró que debía reformularse. Así pues, meses después, el Comité de Patrimonio Mundial de la UNESCO, reunido en Cracovia (Polonia) indicó debían subsanarse los elementos planteados por Icomos.
Así pues, ese mismo año, Menorca inició los trabajos para reformular el expediente e intentarlo otra vez. Siguiendo las recomendaciones de Icomos, en 2020 se presentó un nuevo expediente, con el que España lanzó de nuevo su candidatura ese mismo año. El expediente fue entregado en la sede de la UNESCO en París en enero de 2021. Todo estaba listo, entonces, para volver a intentarlo en la reunión del Comité de Patrimonio que se tenía que celebrar en julio de 2022 en Kazán (Rusia). Sin embargo, la invasión rusa de Ucrania obligaron a aplazar este encuentro, hasta que finalmente se ha celebrado en Riad (Arabia Saudita), donde se ha conseguido el hito. Meses antes, en mayo, esta vez sí, Icomos lanzó su visto bueno oficial.