No es «El primer hombre» la más famosa de las obras de Albert Camus, pero siempre ha despertado un gran interés por la posibilidad que ofrece de sumergirse en el relato de su infancia en Argelia y también explorar sus raíces menorquinas. El eco de esa novela póstuma del Nobel francés, una historia de tintes autobiográficos, resonó ayer en el salón de plenos del Ayuntamiento de Maó.
Más de 70 personas participaron en una lectura que se encargó de abrir Maria Dolores Tronch, alcaldesa de Sant Lluís, el pueblo en el que nació la abuela materna del escritor. También se sumaron al homenaje nombres de la cultura en Menorca, como las escritoras Ana Haro y Carme Cloquells, el actor Jordi Odrí, el exconseller Miquel Àngel Maria o la presidenta del Ateneu de Maó Lali Olives, además de un grupo de alumnos del instituto Joan Ramis.
Un acto para celebrar el Día del Libro y de paso iniciar la cuenta atrás de cara a una nueva edición de los Premis Mediterranis Albert Camus, que se celebrarán entre el 3 y el 5 de mayo.
Extraído de un artículo publicado en ABC al respecto de ese anarquista anticristiano argelino, llamado Albert Camus: "La visita de Camus a Baleares data del año 1935, cuando junto a su mujer Simone Hié —con quien se acababa de casar y de quien se divorciaría poco después—, viaja a Mallorca e Ibiza. Según datos reflejados en biografías y perfiles, Camus paseó por Valldemossa y Sóller, por el barrio de la Catedral de Palma y las iglesias de Santa Eulàlia y Sant Francesc. Su texto 'Amor a la vida', recogido en 'El revés y el derecho', tiene algunas referencias de ese viaje. El escritor, sin embargo, no visitó Menorca". Tanta coba que algunos aquí le quieren dar a ese personaje, como si hubiese tenido una fuerte vinculación con nuestra isla, cuando lo cierto es que su único lazo puramente circunstancial con Menorca fue su abuela materna, natural de San Luis. Su inexistente amor y nulo interés por nuestra isla quedó patente cuando con ocasión de su único viaje a este archipiélago, se limitó a visitar Mallorca e Ibiza, pasando olímpicamente de poner un pie en Menorca, tal y como recoge ese artículo de ABC.