Eclipsado por el monumental poblado talayótico de Torralba d’en Salort, uno de los más visitados y mejor conservados de Menorca, se encuentran los restos arqueológicos de una casa rural del siglo XV y XVI. Ha estado abandonada y cubierta de vegetación durante más de 300 años. Ahora, el equipo dels Amics del Museu de Menorca está llevando a cabo una excavación inédita hasta el momento en la isla por las cronologías que estudian.
Fue en 2022 cuando la Fundació Illes Balears decidió impulsar el proyecto de excavación, restauración y mejora del yacimiento. Esta ya es la tercera campaña y su trabajo se alargará hasta 2026.
Arqueología e historia
Se trata de un conjunto estructural de unos 300 metros cuadrados al oeste del poblado talayótico. Son alrededor de 20 estudiantes de arqueología e historia de diversas universidades del país y voluntarios menorquines los que han puesto luz a teorías de historiadores anteriores. «Los payeses de la zona la conocían como las antiguas casas de Torralba, también se había sugerido que eran las ruinas de una ermita rural», explicaba Carlos de Salort, coordinador de la excavación. El proyecto de intervención fue encargado al equipo de especialistas dels Amics del Museu de Menorca, en el cual de Salort participa: «Se trata de una investigación arqueológica y de archivo». Desde el primer momento tuvieron claro que se tenía que conocer a fondo la historia de esta estructura, y no solo quedarse en el estudio arqueológico. «Queremos llegar a reconstruir un relato» afirmaba el coordinador. Es por ello que han combinado el estudio de los elementos encontrados en la excavación con la documentación guardada en los archivos históricos de la Isla.
«Romeu Gonyalons en 1345 fue la primera persona que vivió en esta casa», concretaba de Salort mientras apuntaba a los orígenes de buena parte de los menorquines: «Son restos arqueológicos del proceso de repoblamiento de Menorca, a partir de 1287». Asimismo, el primer habitante de la casa se relacionó con otros apellidos muy comunes de la Isla, como con los Villalonga o los Marqués. Sus predecesores dieron pie a la segregación de casas de la zona de Torralaba, «posible motivo por el cual el habitáculo quedó abandonado en el siglo XVII».
En la presente campaña, la tercera, expertos, estudiantes y voluntarios se han centrado en la excavación en el ámbito interior, pero no sin antes haber fortalecido la estructura de la construcción. Durante este mes de agosto, se han encontrado el empedrado del suelo, una estructura de banco corrido y un armario. También se han recuperado herramientas de campo y fragmentos de objetos que hablan de la vida de los habitantes de Torralba, como por ejemplo vajillas de cerámica o de vidrio. Según apunta de Salort, eran elementos de importación que «demuestran ser un testimonio de las relaciones comerciales y de consumo que Menorca mantenía con diversos puntos de Europa». Es por ello que el coordinador afirmaba que su manera de ver el mundo «nos es muy similar, hasta familiar». Pintaban las paredes con cal, fumaban pipa o tenían cruces latinas incisas que daban fe de su religiosidad cristiana.
Ante estos resultados, Rafael Durán, director de Torralba d'en Salort, no se podía dar más por satisfecho: «Se da la oportunidad a los menorquines y visitantes de conocer un poco más la historia de estos yacimientos». Asimismo, tal y como indicó, el proyecto cumple con los objetivos de preservación, rehabilitación y divulgación de la Fundació Illes Balears, que tiene en el yacimiento de Torralba uno de sus principales activos. Finalmente, Jaume Reurer, director insular de cultura, educación y deportes, afirmaba que la labor del Consell Insular es potenciar y seguir trabajando en este tipo de proyectos, así como ampliar las subvenciones.