En 1954. Setenta años ya. El cine era el vehículo de lujo para que los espectadores vivieran todas las aventuras imaginables. Cinco eran las salas de cine de Mahón, y las empresas eran conscientes de que, en las fechas de las Fiestas de la Virgen de Gracia, tenían seleccionado lo mejor de la programación, tras la sequía de julio y agosto cuando solo daban reposiciones.
En aquel tiempo, no todas las familias accedían a las salas de estreno, y si alguna vez se aventuraban, lo hacían viendo la película desde el gallinero. Este año de 1954, la empresa del Teatro Principal daría la gran campanada. Anunciaba dos innovaciones: la inauguración de un nuevo equipo de proyección y sonido, y nada menos que la más famosa película en «relieve» -conocido hoy como 3D-. Y, precisamente, en la colección de películas en este formato, la más famosa y recordada fue «Los crímenes del museo de cera». Las frases publicitarias no tenían desperdicio: «Las manos del asesino apretarán su cuello!!», «El beso de la bella tocará sus labios» y «Las llamas del incendio quemarán su rostro».
Las crónicas de aquel año confirmaron que fue un exitazo. Además del precio de la entrada, al público, para una perfecta visión, le era indispensable alquilar unas gafas por 2 pesetas que debían ser devueltas a la salida. El programa de mano ya forma parte de la historia...