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Lucía Vallejo lleva a Venecia su arte «sin fronteras»

La artista vasca, pero muy vinculada a la Isla desde hace años, exhibe en la ciudad italiana ‘Sinfonia Barocca’, un diálogo artístico entre el Barroco europeo y la integración multirracial

La artista vasca. | Fotos: Enrico Fiorese

| Menorca |

La exposición que Lucía Vallejo (Bilbao, 1975) exhibió en Menorca en 2023, «Our thoughts, our cages», cuyas obras encajó en el marco arquitectónico del Llatzaret, logró tener una gran repercusión más allá de las fronteras de la Isla. Una de las personas que durante la visita quedó seducida por esa propuesta fue el comisario Hervé Mikaeloff, con quien la artista, «menorquina de adopción y corazón», ha colaborado para la muestra que actualmente exhibe en Venecia, «Sinfonia Barocca», y que se podrá visitar hasta el 23 de noviembre.

«Esta exposición es una forma de expresar que no hay barreras entre África y Europa, entre Bohemia y Venecia, pero tampoco entre la pintura y la escultura», explica Vallejo sobre el conjunto que ha tomado forma en el Conservatorio Benedetto Marcello de la ciudad italiana.Se trata de una propuesta que aunque no forma parte del programa de su famosa Bienal, sí coincide en calendario y temática, que este año gira en torno al concepto de «Foreigners Everywhere» (extraños en todas partes), que Vallejo ha trasladado a su idea de «un mundo sin fronteras».

La creadora ha encajado su propuesta en un espacio ya muy valioso de por sí, como es el Palazzo Pisani Moretta, actualmente sede del Conservatorio Benedetto Marcello. 

La artista, que desde hace años tiene estudio en Maó y cuya obra se exhibe en el centro de arte contemporáneo LÔAC,  estudió Historia del Arte especializándose en pintura veneciana y en Giorgione. Y esa es posiblemente una de las razones que la llevó a inspirarse en los grandes maestros del Barroco italiano y en los colores venecianos.

Para ella, el Barroco habla de sentimientos, saca lo más profundo de uno mismo y lo explora. Planteamiento que conecta con el concepto de sufrimiento en su obra, siempre orientada al contraste entre la vida y la muerte. «Si sufro por temas personales, me gusta transmitirlo. No quiero una obra estética y bella, quiero que sea fuerte y que haga sentir», subraya.

El tema principal  de la muestra surge directamente de su visión del Barroco: «Quiero hacer sentir emoción, provocar rabia o tristeza, conmover interiormente. Esta exposición también es una alegoría al despertar de los sentidos en la que sentir el arte de diferentes maneras, no solo a través de la vista al observar la arquitectura o las esculturas de vidrio, sino también escuchando la música y oliendo las fragancias».

Propuesta multisensorial

Y es que en ese sentido, se puede hablar de «Sinfonia Barocca» como una exposición total.En ella brillan, además de la mezcla de escultura y pintura, la espectacular arquitectura de un espacio que ahora funciona como conservatorio y que añade el elemento musical que lo envuelve. Por otra parte,    el reconocido perfumista francés Yann Vasnier ha creado ex profeso un aroma del Barroco y otro de África que se integran como expresión de la integración multirracial.

«La unificación de las fragancias simboliza la unión de las razas humanas en una misma alma. El uso de olores, junto con la música y el impresionante entorno enriquece la obra y el mensaje que quiero transmitir», explica.

Imagen de «El alma de África», una pieza de Murano fundido con tejidos traídos de los ropajes de adolescentes encarcelados en LIberia, donde viven en condiciones infrahumanas, según relata la artista.

En el espacio se exponen lienzos dorados como un homenaje a todas las formas del Barroco.  Vallejo utiliza telas para crear una instalación complementada con esculturas de vidrio, producidas especialmente en Murano para la exposición. La creadora se sumerge en la época de opulencia y poder de Venecia para después adentrarse, relata, en un espacio de contraste en el que todo es oscuro y donde está la obra «El Alma de África», pieza de Murano fundido con tejidos traídos de los ropajes de adolescentes encarcelados en Liberia.

Por su parte, el comisario  Mikaeloff confiesa que se sintió cautivado por la obra de Vallejo «porque utiliza técnicas únicas. La forma en que logra incorporar el textil en el vidrio es fascinante. Sus lienzos son instalaciones que hacen referencia a la escultura y la arquitectura. También pueden parecer formas humanas que interactúan con el espectador. Hay algo muy coreográfico en sus obras».

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