Provocar, transgredir, cuestionar y poner en crisis los procesos con el objeto de agitar la capacidad creativa de Menorca y sus artistas es hacia donde se orienta la quinta edición del proyecto Quarantine, que bajo el título «Strange Heaven» acoge durante esta semana la isla del Llatzeret, en el puerto de Maó.
Desde el pasado día 20, y hasta este domingo, día 26, más de sesenta artistas venidos desde diferentes puntos del globo terráqueo viven y comparten, en lo que fue el antiguo hospital de infecciosos, un entorno radical. Esto es, desprovistos de móviles, desconectados del exterior y sin conocer el programa que les aguarda, ya que cada reto se desvela en el momento de llevarse a cabo.
Una serie de reglas «claras e innegociables», subrayan los promotores del proyecto, que incluyen la prohibición total del uso de cualquier aparato electrónico y un riguroso proceso de admisión.
El objeto de tales condiciones no es otro que recrear, en la medida de lo posible, el contexto y espíritu original de lo que era una cuarentena del siglo XIX y derivan en el marco «ideal para experimentar, la introspección y el renacimiento creativo», resumen desde la organización.
Con esta base, Strange Heaven retoma la filosofía de Quarantine, «trascender a la formación académica para convertir la experiencia artística en una vivencia emocional profunda», en tanto que no es un curso y «sí una travesía».
Programa
El programa de este mes de octubre cuenta con artistas y curadores de arte internacionalmente reconocidos, que aportarán su mirada crítica y su bagaje profesional a través de sesiones, art lab y mentorías privadas. JAW Cooper, Vincent Desiderio, Ruprecht von Kaufmann, Laurie Lipton, Edward Povey, Tania Rivilis y Yasha Young son los siete mentores escogidos para esta quinta edición del Quarantine.
El ramillete de 60 artistas seleccionados trabajará más de doce horas al día en un enclave que antes acogía enfermedades y «ahora da cabida a la metamorfosis interior de los creadores», precisa la organización del evento.
El objetivo final de Quarantine es potenciar la profesionalización de los artistas y contribuir a la conexión entre culturas, géneros y trayectorias, consolidando, a la par, a Menorca como destino de referencia para la creación contemporánea y más allá de la temporada turística.
Pobres...¡¡cómo deben sufrir!!