El vuelco radical que el Partido Popular dio en 2011 a la historia política del Ayuntamiento de Maó le ha vuelto cuatro años después como un boomerang, propinándole un doloroso golpe en la cara ya que para nada se lo esperaba. De aquella 'supermayoría' de trece concejales que ha permitido a Águeda Reynés gobernar con gran comodidad ayer se pasó a un escenario de nuevo inédito, con la agrupación de electores Ara Maó como segunda fuerza del municipio con los mismos concejales del PSOE, que pierde fuelle y votantes una vez más pero se perfila como socio de un gobierno progresista muy equilibrado.
Dos ítems sorprenden con igual contundencia en las elecciones municipales de Maó. Por una parte el batacazo del PP, que ya contaba con perder ediles, con tener que pugnar por la mayoría absoluta al límite o fiarlo su alcaldía a un hipotético pacto con Ciudadanos de Menorca, pero que se encuentra con un castigo en las urnas muy severo. Son 1.175 votos menos que hace cuatro años, cinco concejales menos y directos a la oposición. Algo que ni los más pesimistas barruntaban en la sede de la calle Sant Jordi. Pese a todo, es la formación más votada en el municipio, poco consuelo para Águeda Reynés y los suyos a tenor del punto de donde veníamos.
El ganador incuestionable de la jornada electoral de ayer, más allá del número de concejales, es Ara Maó, agrupación de electores de nuevo cuño liderada por Conxa Juanola y que aglutina hasta seis siglas y muchos independientes. Se convierte en la segunda fuerza municipal de Maó con seis concejales, los mismos que el PSOE .