Las encuestas le expulsan del Consell, pero el líder de Ciudadanos en Menorca, Eugenio Ayuso (1979), se aferra al trabajo de fiscalización de los cuatro últimos años para reivindicar un papel decisorio en la formación del futuro gobierno insular.
Los sondeos no le son propicios para repetir como conseller…
-Pues nuestro objetivo es gobernar, liderar el progreso sostenible y sacar a Menorca de la parálisis. Cada voto a Ciudadanos será más útil y determinante que nunca. Desde la oposición, hemos denunciado la falta de transparencia, los gastos descontrolados, los presupuestos sin ejecutar y las inversiones sin realizar.
El Consell despide mandato aprobando el PTI a cinco días de las elecciones.
-Es increíble que, después de siete años, se tenga que aprobar el PTI in extremis y a medio cocinar. Es un documento muy completo y complicado, pero eso no justifica su demora. Su aprobación llega muy tarde y necesitará modificaciones puntuales en cuanto arranque la legislatura.
Será si les toca gobernar con el PP.
-Menorca necesita un cambio y Ciudadanos va a ser determinante en la formación del proximo gobierno. Ocho años de experimentación social es demasiado tiempo perdido.
¿Qué es lo que más urge al Consell?
-30 años después, la Reserva aún necesita acciones efectivas para lograr una sostenibilidad real y no solo de propaganda. Es importante velar por el retorno del talento menorquín repartido por el mundo, para emprender nuevos proyectos aquí. También cabe gestionar mejor para que haya suficiente agua para la población y la actividad económica. Nos preocupa que cada año se importen más de 40.000 toneladas de agua embotellada, Además, la falta de canalización y las depuradoras obsoletas afectan desde hace más de 30 años a diversas urbanizaciones sin solución. Del desastre de la gestión «insostenible» de los residuos, mejor ni hablar. Lo visto en Milà y en las deixalleries es bochornoso. Pero también queremos acabar con la precariedad del servicio de bus. Urge licitar las nuevas concesiones, terminar la carretera general y conectar todo el Camí d'en Kane de Maó. Asimismo, vamos a promover una gestión más transparente, ágil y eficaz, que evite las redes clientelares y favorezca el interés general. Y promoveremos el acceso a la vivienda de jóvenes y personas con bajos ingresos.
¿Qué tres medidas pondría en marcha de inmediato?
-En los primeros cien días vamos a realizar una auditoría integral del Consell y de sus órganos dependientes. También aprobaremos una Relación de Puestos de Trabajo (RPT) para dimensionar la plantilla y eliminaremos la interinidad para poner fin al pago irregular de la productividad. Y, en tercer lugar, lideraremos el desarrollo sostenible, simplificando la burocracia para crear una administración más ágil, que movilice el capital privado de los menorquines, atraiga fondos europeos y fomente así el emprendimiento startup.
¿Se ha llegado hasta el fondo en las irregularidades detectadas en la gestión de los residuos o en las contrataciones del Institut Menorquí d'Estudis?
-No. Faltan muchas explicaciones que nadie parece querer dar. Las sesiones de control o las investigaciones de la Oficina Anticorrupción no han dado resultado, por lo que cabrá recurrir a los juzgados. Ciudadanos se ha quedado solo en la lucha contra estas irregularidades. El IME ha fraccionado contratos menores y ha superado los límites marcados por la ley. Y con la gestión de residuos, se han cometido presuntos delitos de prevaricación y malversación de fondos públicos.
¿Hay que limitar la entrada en Menorca para atajar la masificación?
-Antes de tomar decisiones partidistas basadas en ideologías, es necesario considerar la evidencia empírica. En lugar de hablar de masificación, debemos reconocer que las infraestructuras de Menorca son deficientes incluso para dar servicios adecuados a los residentes en invierno. La carretera general lleva diez años en obras, congestionada por el ‘colesterol ideológico' que nos ha llevado a aumentar la saturación y peligrosidad del tráfico. Hay que abordarlo desde una perspectiva científica y no ideológica. También es importante fomentar la responsabilidad empresarial, evitar la «turismofobia» y diversificar la oferta mediante la promoción del turismo cultural, gastronómico, de naturaleza y deportivo. Además, es crucial hacer una promoción responsable del destino y aprovechar la tecnología y la digitalización para mejorar la eficiencia y la sostenibilidad del sector.