Plan General y aparcamientos. Fueron los dos temas centrales del debate entre los candidatos a la alcaldía de Ciutadella, que tuvo lugar este viernes en el Cercle Artístic. Ante un repleto de salón de actos, con unas 170 personas, muchas de pie, los aspirantes a liderar el Ayuntamiento de Ciutadella, tras los resultados de las elecciones municipales de mañana, explicaron sus propuestas. En el debate, moderado por el periodista Axel Camarasa, participaron ocho candidatos. Todos excepto el del PLIE, que declinó la invitación.
Se plantearon siete grandes temas: cultura y lengua; Plan General; aparcamientos; casco antiguo; urbanizaciones; Sant Joan; y servicios sociales. Al acabar los bloques el público lanzó algunas preguntas a los candidatos y el debate se cerró tras dos horas y media de debate, con el minuto de oro de cada uno de los ocho candidatos.
Se habló mucho de urbanismo y del nuevo Plan General, aprobado por ahora de forma inicial, y que en principio en el próximo mandato se debe dar el visto bueno definitivo al planeamiento que debe regular el crecimiento urbanístico de las próximas décadas. El Plan General solo fue defendido por los tres partidos del gobierno. Las otras cinco formaciones abogan directamente por suspenderlo y «revisarlo de arriba a bajo», como dijo Antoni Bosch del PI.
Lo que más criticaron los cinco partidos son los bloques de pisos que se prevén en la periferia. «Crea puertas al campo», aseguró Ana Pons de Cs. «Es un disparate», afirmó Antoni Juaneda del PP, mientras que Antoni Camps de Vox lo tachó de «fracaso», y Montse Seijas de Actúa que «es propio de las grandes ciudades de la Península»
El tripartito lo defendió, y recordó que hay margen de mejora, porque aún no es definitivo, y que se pueden replantear algunas cuestiones, como los pisos de La Pau. Joana Gomila del PSM recordó que «contempla espacio para 900 viviendas sociales». Noemí Camps del PSOE apuntó que «el Plan no está acabado» y Fátima Anglada de Unidas Podemos cree que puede haber más participación.
También se dedicaron muchos minutos a los aparcamientos, aunque más o menos todos coincidieron en señalar que hay que apostar por crear más plazas de estacionamiento cerca del centro y por los parkings disuasorios. Hubo extremos. Vox fue el que más defendió que se debían crear aparcamientos en el centro para dinamizar los comercios, mientras que Unidas Podemos pidió «usar menos el coche».
También se trataron otros temas y propuestas. Algunos con unanimidad, como la peatonalización de la plaza de Es Born o seguir con el museo de Can Saura (excepto Vox que lo quiere vender), más inversión para mejorar las urbanizaciones y ejecutar la ampliación del geriátrico y la estación de bus.
El debate, pese a la cierta rigidez con las que se evitaron continúas interrupciones, fue ágil. Hubo algún que otro rifirrafe, sobre todo entre los regidores del gobierno y Antoni Camps de Vox, que se alzó como el mayor azote del tripartito. Discreparon prácticamente en todo, aunque cuando saltaron las chispas fue con el tema de la lengua.
El equipo de gobierno también chocó con PP y Ciudadanos. Aprovechó para reprocharles por «haber enredado» Can Saura, a la vez que se felicitó que al final quisieran el uso cultural del edificio señorial. A la candidata naranja no le sentó bien esa acusación, dirigida a UPCM, y recordó que «en 2015, Cs no estaba en el Ayuntamiento».
El punto menos polémico, Sant Joan. Eso sí, se pidió una mayor anticipación para garantizar la seguridad, aunque no hubo grandes reproches. Y es que queda menos de un mes para que los 21 nuevos concejales bajen juntos a disfrutar los Jocs des Pla y toda Ciutadella quiere unas fiestas en paz.