La presencia policial resultó este martes intimidatoria o, cuanto menos, llamativa. El azul de los uniformes que comparten los agentes locales y los nacionales se extendió por la plaza de Es Born durante la celebración del caragol y en el tiempo de ses avellanes, ya en la Contramurada. No hubo sucesos destacables. El dispositivo funcionó aunque este miércoles se someterá a su mayor prueba.
Un total de 46 policías locales y 27 nacionales cubrieron el multitudinario acto de Es Born, con el soporte de 55 miembros de la Cruz Roja, ocho efectivos de Proteccion Civil, cinco del 061 y siete de la Dirección General de
Más allá de la caída de un caixer, atendido en la Cruz Roja ubicada en el colegio Joan Benejam, no hubo incidentes destacados salvo los referidos a 24 golpes de caballos, 12 problemas respiratorios, 12 traumas, una asmática y una contusión costal.
«Este año hay mucha más policía», comentaba una mujer mayor sentada en el portal de su casa en una calle próxima a Es Born, «no me gusta mucho, pero es lo más seguro para la gente».
El traslado de la fiesta a Sa Contramurada para el lanzamiento de avellanas elevó el tono de la muchachada ya absolutamente desmadrada en la plaza de Ses Palmeres. Unos metros más atrás, sin embargo, cuatro furgones de la Policía y una veintena de agentes se hacían notar ante la llegada de más muchedumbre por el Camí de Maó.
21 agentes locales, 18 nacionales, y cuatro más de paisano cubrieron la fiesta de los más jóvenes antes de la llegada de la qualcada de Sant Joan de Missa, con el auxilio de una ambulancia y dos equipos de intervención de la Cruz Roja sobre el terreno.