El proyecto de construcción de una bodega y un hotel rural de lujo junto a los viñedos de Torralbenc Vell no fue sellado formalmente con el registro de entrada del Consell, tras los problemas surgidos con la plantación de las cepas, pero sí fue expuesto y explicado por el propio arquitecto, Jesús Manzanares, y su equipo -entre ellos el empresario viticultor Jaume Serra-, a la consellera de Agricultura y Economía, Antònia Allés, en la sede insular.
La entrada física del proyecto dificilmente pudo pasar desapercibida en la institución ya que la maqueta reproduce las 80 hectáreas de toda la finca y tiene unas medidas de 2,5 metros de anchura por un metro de longitud.
El modelo reducido de la obra de Torralbenc Vell tuvo que ser transportado en una caja entre tres personas y se colocó, tal y como explicó ayer Manzanares, en el despacho de la titular de Agricultura, para exponer los pormenores de un proyecto en el que la inversión ascendía a 7,5 millones de euros.
La maqueta continúa en el despacho que el arquitecto tiene en Maó y éste no ha renunciado a ejecutar un proyecto que diseñó con especial cariño y que piensa trasladar a otro lugar, fuera de Menorca, aún por decidir.
La bodega, tal y como se aprecia en los planos y bocetos facilitados por el estudio, apenas tenía impacto en el paisaje y consistía, en palabras de Manzanares, en "un cuerpecito de madera" apoyado en una pared de piedra; una buena parte de la instalación, la dedicada al almacenamiento de los vinos, se diseñó soterrada.
Los viñedos y la bodega venían acompañados de la transformación de las casas del 'lloc', la de los propietarios, los payeses y las construcciones auxiliares, en un hotel rural de lujo. Dicho alojamiento constaba del edificio principal, suites, una zona 'chill out', spa, terrazas y espacios con árboles, piscina y restaurante.
En cuanto a la bodega en sí, se trata de un edificio de planta baja con otra en un nivel inferior aunque con luz natural.