Uno de los vecinos de la zona define la situación "como si la tierra se hundiera en una zona con forma de herradura, y todo lo que está dentro de ella se hunde también". El núcleo de hortales de la zona de Tirasec, en Ferreries, está gravemente dañado por un movimiento de tierras que empezó casi dos semanas atrás, con toda probabilidad acelerado por las constantes lluvias de este invierno, según fuentes oficiales.
El movimiento de tierras ha causado graves daños a unos cinco hortales de la zona, cuyas construcciones presentan importantes grietas e incluso alguna de ellas, como se puede comprobar en las imágenes, muestran daños estructurales de difícil reparación. De hecho, fuentes oficiales han descrito los daños en algunos de los edificios como muy severos, y han apuntado que seguramente algunas de las edificaciones tendrán que ser derribadas, algo, no obstante, que deberán confirmar los técnicos especialistas.
Ante esta situación, el Ayuntamiento de Ferreries, tras consultarlo con la Policía Local, decidió cortar el paso por el camino que lleva a este núcleo de hortales, situado en la carretera de Es Migjorn Gran. No obstante, los vecinos siguen circulando por la zona, e incluso uno de ellos fue el encargado de arreglar la vía, puesto que el movimiento de tierras había originado un desnivel superior a los 30 centímetros en un tramo de la calzada. "Los que pasamos lo hacemos bajo nuestra responsabilidad", explica uno de los propietarios de uno de los huertos de la zona.
El Ayuntamiento de Ferreries se puso en contacto con el departamento de Movilidad del Consell para estudiar la situación. Desde la institución insular se envió a un equipo de ingenieros a la zona, que tras un primer estudio, concluyeron que debían ser geólogos especializados los que determinaran qué debía hacerse, advirtiendo no obstante que la situación era "delicada" y recomendando precaución.
Un terreno arcilloso
Sin ser geólogos, los que conocen el lugar explican que el terreno arcilloso es fácilmente permeable a la lluvia, y el abundante agua caída estas últimas semanas puede haber facilitado el hundimiento del terreno. Los principales daños se han producido, según explica uno de los vecinos, en aquellas zonas que coinciden con los márgenes de la herradura simbólica que ha formado el terreno hundido. "Cuando visitamos las construcciones, aún oímos ruidos de movimiento de la estructura, algún 'crec', lo que no nos hace estar tranquilos", comenta.
Mientras se está a la espera del informe de los geólogos, el camino que da acceso a este núcleo de hortales está presidido por dos señales de dirección prohibida con un escrito que pone "Peligro derrumbe". No es una prohibición taxativa, pero los que han visitado la zona aseguran que impresiona.