Con la vista puesta en conseguir que la antigüedad media de la dotación de vehículos de la Policía Local no supere los cuatro años - actualmente está en cinco- el Ayuntamiento de Maó, se ha lanzado a adquirir un coche y una motocicleta, ambos de gran potencia. Los elegidos han sido un C-4, de 140 caballos, y una Yamaha de 600 centímetros cúbicos.
Flamantes y blancos - parece que los vehículos de colorines -rojo, amarillo y violeta- que tanto llamaban la atención están condenados a desaparecer- lucían ayer en la plaza de la Conquesta, donde el concejal de Movilidad y el jefe de la Policía, Rafael Le-Senne, presentaron los "retoños" del parking móvil.
El coche se destinará a la unidad de intervención rápida, el 092, que, como su propio nombre indica, requiere de vehículos potentes y con un completo equipamiento policial -puente de última generación, dos linternas "leeds", extintor, botiquín y kit para detenidos-, mientras que la motocicleta se utilizará en tareas de control de tráfico.
La adquisición de los dos vehículos ha tenido un coste de 42.495 euros, de los cuales la mayor parte- unos 30.000- se han destinado al coche (pagado entre Govern y Ayuntamiento). Los nuevos "fichajes" completan la dotación de la que disponen los 66 miembros del cuerpo, que se compone de ocho turismos, un 4x4, 6 motos de gran cilindrada, 6 motos de cilindrada media y cuatro bicicletas.