Autoficha
Me llamo Josep Esbert Sans y tengo 36 años. Nací en Maó pero vivo en Alaior. Soy escultor y actualmente puede verse una de mis exposiciones en el "Chespir" de Calasfonts, en Es Castell. Me encanta la decoración, todo lo que tenga que ver con la creatividad y el mundo del teatro. He llegado a crear collares de escayola.
¿Cuándo se dio cuenta de que le atraía todo lo creativo?
Desde que fui a estudiar Artes y Oficios en Maó. En el 2000 empecé a crear mis propias obras y, gracias al empujón que me dio un buen amigo mío, ya he realizado unas nueve exposiciones. Estoy muy satisfecho porque, además, he tenido muy buenas críticas.
¿Cómo definiría su estilo?
Sobre todo realizo obras de escayola y yeso, aunque utilizo multitud de materiales como reciclados, cartón, madera o plástico. Me encanta crear cosas. Yo definiría mi trabajo como abstracto, muy emocional. Creo que puede despertar distintas emociones en cualquier persona.
Aquel que visite su exposición en el "Chespir", ¿qué se encontrará?
Encontrará un popurrí de mi trabajo. El "Chespir" es un espacio que siempre me había llamado la atención por lo acogedor que es y su ubicación. Hablé de mi idea a las propietarias y me apoyaron. Lo que más hay son esculturas de poliuretano, que no se rompen y pueden estar en el exterior. También la hay de papel, de madera, cartón... Me gusta mucho maquillar mis obras. Creo que mi preferida es "Nit", que está hecha de madera y cartón. Era una bandeja de pastissets y la convertí en escultura.
¿Cómo encuentra inspiración?
Suelo irme a Favàritx, siempre diré que es un lugar mágico, con colores y formas especiales. Creo que la mayor escultora del mundo es la naturaleza, es increíble lo que puede llegar a crear.
¿Es posible vivir de su arte?
Me encantaría pero es muy complicado, no por competencia, porque considero que cada artista tiene su obra. Debo decir que mi exposición es para todos los bolsillos. Además, yo digo que puedes hacer tres cosas: ver una exposición, tomarte una copa y estar junto al mar. De todas formas, el arte en Menorca está mal y creo que mi estilo es más de fuera.
¿Cómo se plantea el futuro?
Quiero seguir dedicándome al arte y a la decoración. Crear y nunca parar. Éste es un mundo que se tiene que valorar mucho y yo tengo la suerte de que la gente aprecia lo divertido de mi trabajo. He llegado a hacer hasta collares con escayola o ceniceros con mucho éxito.